Strauss a escala humana

También el 'Concierto para piano n° 23' de Mozart se las prometía felices a la vista de la elegante ligereza y la nitidez de planos aseguradas por el maestro asturiano y la orquesta en la introducción, pero Jonathan Mamora (que se presentaba como ganador del Primer Premio en el Concurso María Canals de 2023) acabó quedándose en la superficie de la obra, como si no la hubiera asimilado y hecho suya hasta las últimas consecuencias. Lo que faltó en ese Mozart tan pulcro como distante, sin vuelo, alejado del tratamiento humorístico que daba a las cosas de este mundo y de la hondura que afloraba cuando le sobrevenían pensamientos sombríos, lo encontró después Mamora en la propina, un Scriabin que venía muy poco a cuento pero en el que cuajaron mejor su toque incisivo y su técnica a prueba de bombas.

Es casi inmediato asociar 'Así habló Zaratustra' de Strauss con el primer destello del amanecer que describen sus compases iniciales, con ese apabullante introducción tan inteligentemente empleada por Kubrick en '2001: una odisea del espacio', pero la obra tiene más colorido dentro y alberga la sorpresa de un vals casi extemporáneo, la danza del Superhombre de Nietzsche, en la que los primeros atriles de la BOS exploraron a placer detalles de cámara con los que nivelar la monumentalidad del conjunto. Era eso lo que brindaba Pablo González sin dejarse notar más de lo imprescindible: confianza en los músicos, colores vivos, intensidad y tensión junto a sonoridades bien pulidas.