Aribert Reimann los temas relacionados con la muerte y el lado oscuro de la existencia humana le rondaban desde sus primeras obras compuestas en los años 60. De ahí le vino un estilo sombrío que con el tiempo fue cargándose de violencia hasta alcanzar en ... su ópera 'Lear' (1976-78) una tensión expresiva que desbordó los moldes de la tradición de la que provenía. Reimann no podía eludir esa violencia teniendo en cuenta el texto de Shakespeare en el que se basaba, de manera que la partitura entera está atravesada por un conjunto de recursos musicales (superposiciones de clusters, sonoridades microtonales, avalanchas de percusión) experimentales en aquel momento y todavía hoy, más de 40 años después, apabullantemente modernos. No es una obra para todas las sensibilidades, pero con su estreno en España el Real ha vuelto a alzarse como el más innovador y retador de los teatros de ópera nacionales.

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'Lear'

  • Autor: Aribert Reimann.

  • Intérpretes: Bo Skovhus, Ángeles Blancas, Erika Sunnegårdh, Susanne Elmark, Lauri Vasar, Andrew Conrad, Derek Welton, Andrew Watts. Coro y orquesta titulares del Teatro Real.

  • Director musical: Asher Fisch.

  • Director de escena: Calixto Bieito.

Es tal la violencia de la música de Reimann que Calixto Bieito no necesita subrayarla en absoluto. Lo que resultó magistral en su puesta en escena fue la ambientación, el clima misterioso y oscuro bajo el que se desarrollaban los argumentos relativos a los destinos de Lear (la locura) y de Gloucester (la ceguera) como consecuencia de la traición de sus descendientes. Bieito se bastó de unas grandes placas de madera para configurar los distintos espacios escénicos y de un sutil retrato psicológico de los personajes para dibujar toda una visión del mundo. Desde el inicio mostró en Goneril y Regan, las hijas mayores de Lear, un salvaje instinto animal por conseguir su herencia, lanzándose como bestias a por las migajas de pan que simbolizaban el reparto del reino. Y tanto Ángeles Blancas como Erika Sunnegårdh asumieron esa concepción con un magnetismo impresionante.

Como Lear, Bo Skovhus realizó un titánico esfuerzo físico y vocal para mostrar la conversión del poderoso monarca en el anciano errante que se encamina hacia la muerte, que acoge con la mirada perdida en el horizonte. Los demás cantantes, entre los que podría destacarse a Derek Welton como Albany, a Lauri Vasar como Gloucester y a Andrew Watts por su manera de dar matices muy diferentes al complejo personaje de Edgar/Tom hasta consumar su venganza, formaron un conjunto homogéneo que supo contener el embate de la poderosa orquesta dirigida por Asher Fisch, de esa torrencial música capaz de albergar odios, rencores y pasiones junto a la fría sensación de la soledad.

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