Viernes, 3 de junio 2022, 00:38
Estar rodeado por primera vez de 45.000 personas tras dos años y pico de pandemia provocaba una sensación eufórica. He de confesar que ese era mi gran estímulo, la entrada del concierto era un amable regalo de mi pareja. Mi relación con los Stones ... no es tan visceral como la de mucha gente que me rodeaba. A mí el rock and roll clásico se me ha quedado un poco atrás, el último tramo del concierto, el más potente, me recordaba inevitablemente la vez en mi vida que más alto he escuchado Kiss FM...
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La variedad generacional era tan grande que era imposible averiguar cuál era la media de edad de los asistentes. Había grupos en los que creo que estaban unidas cuatro generaciones, abuelos y bebés. El concierto apostó por la música en vez de la parafernalia, de la que yo soy muy defensor cuando accedes a un recinto de este tamaño y entras en el juego. Siempre he sostenido que la parafernalia y la música no entran necesariamente en competición, una no anula a la otra. Así que mi discutible opinión es que yo hubiera traído más efecto especial. Nadie sabía cómo era la gira europea, que empezó en Madrid, pero yo estaba abierto a un espectáculo más desaforado.
No tengo la sensibilidad tan aguda como para distinguir el cambio en la percepción sin Charlie Watts, pero me sumo a la admiración por ver a estrellas de rock en la absoluta negación de su edad. Mick Jagger es una anomalía en la historia de la genética humana. 78 años. Y lo interesante es que él parece no saberlo. Ron Wood y Keith Richards suben la montaña con éxito al final, su presencia no decrece sino que va a mejor. Mick Jagger tiene ese valor de los 'frontman' legendarios: hacer que nada le cueste.
Mi momento favorito del concierto fue cuando tocaron 'Out of Time', que nunca la suelen interpretar. He sido muy amante de los Stones en su etapa hasta los 70, y esa es una de las canciones más señeras. Como persona no tan cercana a su música, en su última etapa escuchaba canciones mil veces repetidas, que habían trascendido todo lo trascendible. Bromeaba con que podían cerrar la noche con «This could be the last time...». Se notaba la vibración triste pero real de que quizá era la última vez que los veamos. Tendría sentido que fuera, porque han perdido a un miembro, aunque algunos dirán que seguirán mientras siga Mick Jagger. Llegará un momento en que Jagger esté rodeado de sustitutos, como si fuera Mocedades. O la inversa de Queen, como son ahora. Yo les deseo que sigan veinte años más.
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