Anne Etchegoyen mejora sin público

Sin embargo, el sábado en la Sala BBK no le acompañó ningún coro, factor que aporta potencia al estilo de la grácil vocalista nacida en 1980 en Saint-Palais o Donapaleu. Anne abandonó el confinamiento en su residencia actual de Bidarte y actuó a dúo con el guitarrista habitual Antonio Jiménez, alias Lacho (¡el pamplonés ofició mejor vestido que ella, que la jefa!), y en 68 minutos interpretaron 13 canciones (contamos dos veces la repetida a modo de bis inesperado), seis de ellas contenidas en su ultimo disco, titulado 'Emazte', 'Mujer', vocablo sobre todo usado en Iparralde ya que entre nosotros es más común 'Andre'.

La simpática Anne, una corista afortunada por la fama y que ha accedido a la primera fila, suele abusar de la intercomunicación con el público y se empeña en hacerle cantar, por culpa de lo cual dilata el ritmo de sus conciertos. Así, lo bueno de que no hubiera nadie en el patio de butacas de la Sala BBK es que Anne se concentró en las canciones y no se fue por los cerros de Úbeda (aunque intentó llegar al más allá al pedir coros a los telespectadores en 'Lau haizetara', cuando gestualizó como si hubiera gente delante y se puso a dar palmas que en condiciones normales repetiría el respetable presente; «estamos como en un ensayo, casi», dijo al acabarla a su escudero). Además, siempre positiva, Anne comentó que quizá habría más gente viéndolos desde sus casas, y encima «bebiendo un buen vino».

Anne, muy cercana al publico del otro lado de las pantallas, presentó las canciones alternando castellano y euskera (con acento francés perceptible al pronunciar la erre), y en ambos idiomas cantó en pie, intercalando versiones muy conocidas que fueron de lo más logrado de la velada: la folklorista, positiva y adornada con logrados gorgoritos 'Gracias a la vida', popular por Violeta Parra y por el guitarrista dedicada a los sanitarios, y una emocionante y flotante 'Xalbadorren heriotzean' de Xabier Lete.

Además, desgranó parte de su último álbum, el mentado 'Emazte' ('Emakume aske bat / Una mujer libre', con introducción flamencólica del escudero Lacho´; 'Seaska kanta' haciendo gala de la aguda fragilidad de su estilo vocal; 'Ixilik' para incidir en la violencia doméstica; o 'Maite' de Luis Mariano algo mexicanizada y presentada como una canción «sobre el verdadero amor»), sin que faltara su promocionado single 'No es no' («una canción contra las violencias sexuales y sexistas hechas a las mujeres», nos dijo hace poco, y «somos el grito de las que ya no tienen voz», exclamó este sábado.

Y durante el epílogo se quedó todo un poco escaso. «Una canción que no necesita presentación, podéis cantarla con nosotros», presentó su revisión de 'Hegoak / Txoria txori', pero lástima que les quedó un poco justa, muy intimista, y los coros masculinos se limitaron a los del todoterreno Lacho. Y para cerrar cayeron dos canciones de vitola populista, una de cariz panteísta (la efectista y esforzada 'Pachamama', disminuida respecto a los arreglos del disco) y otra directamente tomada del manual progresista, de la cartilla comunista (la bilingüe 'No pasarán', dedicada a Dolores Ibarruri y con una letra de parvulario antifascista). Quizá notó que había decaído la magia, pues como sorpresa y fuera de programa Anne pidió permiso para repetir 'Gracias a la vida', sosteniendo que la iba a cantar aún mejor, y bueno, la hizo igual de bien, pero ella más suelta, más contenta.