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El BIME Pro arrancó este miércoles en el Euskalduna con largas colas desde primera hora de la mañana. Nadie quería perderse las cerca de 30 charlas programadas para la primera jornada del encuentro musical internacional que se organiza en Bilbao desde 2013. El pistoletazo de ... salida lo dio un cara a cara que se ofrecía bajo un título contundente: '¿Qué importa y qué importa una puta mierda?'. Los invitados prometían dar juego: Ana Curra (El Escorial, 1958), que en su día se ganó el apelativo de 'reina del punk en España', y Jorge Martínez (Avilés, 1955), fundador de Ilegales, que sigue reivindicando «la sopa sónica que te envuelve cuando haces guarrerías en la guitarra, eso es impagable». Son dos profesionales con más de 40 años de trayectoria que se mantienen fieles a su identidad. Se les veía con el mismo espíritu y la misma talla de ropa. En plena forma.
«Parece mentira, pero no nos habíamos visto nunca en persona », confesaba Ana Curra nada más empezar. Un dato que revela el grado de intensidad de trabajo y dispersión de los artistas en los 80. Tanto ella como Jorge Ilegal eran incombustibles, animales de escenario que pegaron el salto durante la Movida, fuera y dentro de Madrid. Se recorrían el país de punta a punta y en las fiestas de los pueblos recibían aplausos y lo que se terciara, con aguante y profesionalidad, «porque había que estar por encima de muchas historias», ya fueran insultos, miradas aviesas o botellazos.
Ana Curra era capaz de aguantar 80 bolos veraniegos con Alaska y Los Pegamoides, mientras que el músico asturiano, que se había curtido en el grupo Madson para luego pasar a Los Metálicos y terminar en Ilegales, no se cortaba a la hora de componer canciones como 'Yo soy quien espía los juegos de los niños' o 'Heil, Hitler'. «Hemos luchado por nuestra manera de hacer las cosas, sin miedo a nada. Ni de unos ni de otros. ¡¡El presente está hecho de pasado y futuro!!», exclamaba Jorge Ilegal, con la gorra calada hasta las cejas, delante de un auditorio entregado. Hijo de un secretario de la Justicia Municipal y con ancestros de rancio abolengo –condes de Canalejas–, se nota que no está acostumbrado a morderse la lengua. Al recordar la irrupción del indie en los años 90, lanzó una imagen muy gráfica sobre el movimiento que englobaba a grupos como Los Planetas y Los Fresones Rebeldes. «Todo aquello era y es un supositorio desagradable, de menta o de limón».
Ana Curra, algo más conciliadora, reconocía con la boca pequeña que le gustaba Nirvana. Una discreta y única concesión, porque ella también va por libre, «con altibajos y momento duros, pero sin olvidar lo principal», recalcaba quien fuera pareja de Eduardo Benavente, líder de Parálisis Permanente, fallecido en 1983. Su muerte por accidente de coche –que conducía ella– abrió un abismo en la vida y la mente de Curra. Tardó en recuperarse y no le ha quedado el consuelo de los frutos por el trabajo en común. «Creamos un sello independiente, que con el tiempo ha sido absorbido por la Warner. No me reconocen ni mi portada, ni mis canciones. Estoy muy enfadada con la industria».
Pero no vive de la nostalgia. Ha ganado una plaza de profesora de piano en el Conservatorio de San Lorenzo de El Escorial y sigue activa en los escenarios. «Lo que yo busco es la comunión con la alcantarilla, con las bases, con la tierra. No pierdo esa conexión. Ahora lo que me motiva es mi próxima actuación en Bogotá». Ni a Ana Curra ni a Jorge Ilegal les atemorizan la Inteligencia Artificial o las plataformas digitales. «Estamos acostumbrados a ir por delante», concluían con tono serio.
La vicelehendakari y consejera de Trabajo y Empleo, Idoia Mendia, inauguró este miércoles el encuentro internacional de la industria musical BIME, un sector que «suma cultura, creatividad, innovación y empleo, y que es ya un elemento tractor para el resto de la economía». Todas las iniciativas encontrarán el acompañamiento de su Departamento.
Ese respaldo incluirá los recursos del Servicio Público de Empleo-Lanbide para que sus «ideas puedan llevarse a la práctica, para encontrar profesionales adecuados o para darles la formación que precisa el sector». También, ha subrayado Mendia, se podrá contar con Osalan, «para garantizar que este empleo nuevo cuente con todas las garantías del derecho a la salud de todas y todos los trabajadores, y con la Inspección de Trabajo, que asesora para el cumplimiento de todos los derechos laborales que debe acompañar sin excusas toda actividad económica».
La consejera ha señalado, además, que «hay mucha tarea» en la que pueden colaborar, y ha mencionado como ejemplos el refuerzo de las habilidades emprendedoras y financieras de los profesionales del sector, la formación especializada en oficios técnicos y gestión cultural para profesionales de las artes escénicas y musicales.
A su juicio, la innovación que aporta BIME «es motor del nuevo modelo de empleo que estamos construyendo, las industrias creativas también impulsáis sobre especialidades de larga trayectoria, como las audiovisuales, las lumínicas, la escenografía o el montaje».
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