Amorante: «A veces me gusta romper la tradición y jugar con sus pedazos»

Le inquirimos sobre su propio bautismo artístico, Amorante, por qué le gustan, qué le llama la atención de Amarante y de Morente, y responde precioso: «La capacidad melódica y compositiva de Amarante y la garra y el afán de ruptura de Morente». Vaya, el vasco Amorante, aunque tiene formación clásica, suscita el interés sobre todo por su capacidad en romper barreras estilísticas. Se lo planteamos, y reflexiona: «Tengo el título superior de trompeta por el conservatorio de Donosti. También tengo estudios de Etnomusicología. Siempre he estado defendiendo mi discurso musical con la trompeta. Y he tocado de todo, desde lo más clásico hasta lo más experimental. Además, pertenezco a la Banda Municipal de Elgoibar desde hace más de treinta años».

Este de la banda parece un buen curro fijo, pero no: «Soy profesor de música en secundaria y músico a partes iguales. ¡La banda no da dinero, ja, ja…! Hace ocho años comencé a caminar yo solo como Amorante, ¡y hasta hoy! Hago música popular en el sentido de la 'popular music' que utilizan los anglos. No pretendo romper nada, ni siquiera algo como la tradición. Me gustan mucho las músicas tradicionales, aunque estén adulteradas, y es que hoy en día todo lo está. A veces me gusta romper el jarrón chino que es la tradición y jugar con sus pedazos».

Oyendo su propuesta es inevitable pensar que Amorante es un epígono de Mikel Laboa con ansias evolutivas, aunque alega el de Elgoibar: «Él me ha influido igual que tanta otra gente. Ni más, ni menos. Aunque Laboa es muy importante y siempre reivindicable, claro». Trompetista titulado, en su novedad 'Harri Herri Har' Amorante llega a oscilar entre el free jazz y el cool jazz. Le preguntamos por cuánto le gusta Chet Baker, tras oír el solo del tema 'Ez dira', y deja caer con desapego: «Casi tanto como Miles Davis». Ja, ja, ja… ¿Y quiénes son tus tres trompetistas favoritos? «Favoritos no sé, pero te voy a citar tres de diferentes épocas: Louis Armstrong, Miles y Alba Careta (Avinyó, Barcelona, 1995, también es cantante), los tres por su forma de tocar y por lo que han supuesto en la música. Y de aquí, el grandísimo Jon Celestino».

Volvamos al asunto que nos ocupa, al disco 'Harri Herri Har', al que describe así su factótum: «Es un disco con campanas, trompetas, viejas coplas y trajes a estrenar. Son canciones a una botella, al río y a nostalgias revolucionarias. Es telúrico y contemporáneo». Al preguntarle qué número de disco hace en su carrera, replica: «Es mi cuarta referencia musical. Creo que el concepto de disco largo ha quedado obsoleto, al menos en mi caso».

Al de Elgoibar se le tiene como un one man band, un hombre orquesta que lo toca todo él mismo con su propio mecanismo, lo cual solamente es exacto al cien por cien en vivo. Explica: «Sobre el escenario me planto sólo, como siempre. Pero para el disco he tenido ayuda musiquera, por ejemplo el piano de Hatxe, las cuerdas de Xabier Zeberio (ex Oskorri), la guitarra de Amaia Miranda…». También colaboran Felix Buff, Los Sara Fontán, el baterista de jazz y de Ruper Ordorika Hasier Oleaga, Odei Barroso… Y de la producción se encarga el bilbaíno Aitor Etxebarria. «Produjo mi anterior trabajo, conectamos personalmente, y entiende muy bien lo que busco. ¡A veces hasta mejor que yo! En este disco yo me dedico a componer, a cantar, a tocar la trompeta…».

'Harri Herri Har' no es un disco tan disruptivo como se podría esperar de Iban Urizar. «Tampoco lo pretendo», subraya. En él se suceden, con bastante continuidad, no en collage caótico, folk gótico que podría unir a Laboa con Okkervil River (la inaugural 'Agurea'), canto elevado al gusto de Iparralde y de Kalakan ('Pobriaren surtia'), pasajes free jazz (en 'Habanera'), ambientes apropiados para banda sonoras ('Erreka', el marasmo de 'Gorde dezakegu'), actualizaciones vigorosas de Oskorri ('Kale erdian'), rap vincuble a Negu Gorriak (en 'Ez dira', de la que apunta Amorante: «la parte rapera es de Odei Barroso, el bertsolari-rapero autor de la letra y que rapea que flipas») y un final narcótico donde reverberan desde Miles Davis hasta el divagante Howe Gelb de Giant Sand ('Arrels').

En concierto Amorante canta, usa bases electrónicas y toca todos los instrumentos que suenan, desde el piano hasta el harmonium. De tal guisa se presenta este miércoles en el Antxiki. «Sobre el escenario estaré yo solo, sí, pero el show se acompaña de visuales que proyecta Itziar Garaluce». Y concluye: «En directo no tengo ni trampa ni cartón. Lo que suena es lo que hay».