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Emilio Aragón, en el escenario del Teatro Campos. Maika Salguero
«Mis amigos ateos también disfrutan con este musical, porque va de valores universales»

«Mis amigos ateos también disfrutan con este musical, porque va de valores universales»

Emilio Aragón trae al Campos del 6 al 9 de febrero 'Godspell', una interpretación del Evangelio de San Mateo que triunfó en el EE UU de los 70. Y presenta un libro infantil

Viernes, 31 de enero 2025, 00:19

Aparece Emilio Aragón (La Habana, 16 de abril de 1959) en el escenario del Teatro Campos para dar la rueda de prensa de presentación de 'Godspell', el musical que ha puesto en marcha con ayuda en la producción de Antonio Banderas y que estará en cartel del 6 al 9 de febrero. Se acerca a saludar, con la sencillez que uno esperaría del hombre que seguía la línea blanca en aquel sketch de los 80, del clown sordomudo del cencerro en 'Los payasos de la tele'.

«Hola, ¿cómo estáis?», suelta, y se pone a charlar con quien se le acerque. El mismo que convertía en un éxito series y programas, 'Médico de familia', 'El juego de la oca' y tantos otros. Y empieza a hablar de la obra basada en el Evangelio de San Mateo que triunfó en los años 70 en EE UU y que ha recuperado medio siglo después con algunos cambios, con permiso de los autores originales, John Michael Tebelak y Stephen Schwartz.

'Godspell', según Aragón –productor, director general y musical– habla de «amar, de perseguir la justicia, de aceptar las reglas del juego sin rendirse ante lo que duele. Y de recordar que la vida es un camino que necesitamos recorrer de la mano del otro».

Escena de Babel. Godspell

– ¿Por qué ha elegido este musical de temática religiosa?

– Hay sincronicidades. Estaba con mis padres en 1973 en México cuando mi hermana Rita nos llamó para decir que la habían elegido para una obra. Al regresar fuimos a verla, y resulta que era 'Godspell'. Se convirtió en el primer musical que yo vi en mi vida y quedé impactado. Además, con algunos compañeros lo representamos en la escuela para recaudar fondos. Entre los músicos estaba mi gran amigo Antonio Vega, y yo hacía de Jesús.

Tras la pandemia, Aragón se planteó recuperar la obra y en un encuentro casual con Antonio Banderas le comentó el tema. Y resulta que el malagueño estaba comprando precisamente los derechos. Juntos han elaborado una mezcla de drama y comedia con diez actores cantantes y música en directo que sonará de la orquesta en el foso. Además, Aragón anda firmando ejemplares del libro de aventuras para chavales de 9 a 14 años 'Telmo Lobo', escrito a petición de un nieto, que le aconsejó pasar a papel las historias que cuenta. Lleva dos ediciones y prepara otra entrega.

– Le está yendo bien de público con esta obra mientras las iglesias se quedan vacías. ¿A qué cree que se debe?

– Bueno, hay gente a la que le gusta la religión desde el punto de vista social. Y hay otros para los que es más una experiencia espiritual y personal, que es mi caso, respetando a todos. Tengo amigos creyentes y ateos, y se han divertido exactamente igual con la obra. Porque, aunque está basada en el Evangelio de Mateo, habla de valores universales. Cosas que se nos olvidan, desde el punto de vista ciudadano incluso, de vivir en comunidad, pues deberíamos exigir una serie de mínimos que la mayoría no respeta. Hay gente que dice que lo importante no es el destino, sino el camino. Y yo añado con quién haces el camino. Esta obra te pone un espejo delante y cuando te miras ves cosas que te gustan y otras que no, pero es bueno recordar que nos equivocamos a veces.

– Estamos ante un musical de los años 70, cuando Trump era un veinteañero. Después del 'sermón' que le echó la obispa en la Catedral de Washington, hay que pensar que él no vio el montaje original... ¿Le haría falta ver este?

– Les haría falta a todos los políticos. Pero estamos tan saturados de política que me parece sano separar una cosa de otra. Afortunadamente están el teatro, el cine, y la literatura, y yo intento estar al día, pero lo justo. A los políticos hay que recordarles que están al servicio del pueblo. Pero Trump, Putin, las guerras económicas... Es un horror, uno está todo el día hablando del tema.

– Y sin embargo cambió el inicio de la obra con el beneplácito del autor para que el musical reflejara la guerra de Ucrania...

– Sí. Es la primera vez que se televisa una guerra de manera tan inmediata, a través del teléfono estás viendo un bombardeo en directo. Cuando pusimos en marcha el musical era demasiado reciente lo de Ucrania, era inevitable. No podía mirar para otro lado.

Escena de Lázaro y Abraham. Godspell

Optimista irredento

– Usted retrotrae a varias generaciones a tiempos más ingenuos. ¿Cómo ve la actualidad? ¿Es apocalíptico o esperanzado?

– La vida hay que mirarla con esperanza siempre. Soy un optimista irredento, de los que no pierden la confianza en la condición humana. Todo esto es antiguo, no hay más que leer a Maquiavelo, hace tres mil años ya se traicionaban. Todas estas disputas forman parte de la historia del ser humano. Hay veces que amigos o familia me dicen 'pero qué pichón pareces'. Y yo prefiero vivir en esa pequeña nube, porque creo en la bondad de la persona. Está demostrado lo del círculo virtuoso y el vicioso. Si haces el bien, generas endorfinas que hacen que entres en un círculo de necesidad de hacer más bien.

– Hay en YouTube una emocionante actuación de Antonio Vega tocando 'El sitio de mi recreo' con usted al piano.

– Antonio Vega y yo éramos uña y carne. Estaba todo el día en mi casa y yo en la suya porque éramos amigos del barrio. Desde los 15 a los 18 años, luego ya vino la Movida y nos dispersamos. Creó Nacha Pop y ya nos veíamos puntualmente, pero con él y sus hermanos estábamos siempre, de hecho sigo viendo a Carlos Vega.

– Su familia mantenía a los niños pegados a la pantalla cuando solo había una. Ahora hay demasiadas y usted tiene nietos. ¿Ha escrito este libro para alejarlos de ellas?

– Los adultos también deberíamos preocuparnos por el tiempo que nos ocupan las pantallas. Hay un problema gordo de adicción. Y los niños no solamente tienen el móvil a los 12 años, tienen iPad, videojuego, ordenador... Me pongo en el papel de mi hija, que es la que me ha hecho abuelo, y es todo muy complicado. Dentro de 25 años miraremos atrás y diremos 'Uf, ¿cómo podíamos gestionar este día a día?'.

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