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Primero, la noticia: Amaia Montero vuelve a la música, muy pronto y con sorpresas. «Lleva tiempo trabajando mucho y de manera discreta», cuentan quienes la han tratado en este periodo. «En uno o dos meses protagonizará otro bombazo como el del domingo pasado con ... Karol G en el Bernabéu», añaden quienes saben, aunque hay un férreo pacto de silencio para no desvelar los pasos que están medidos hace tiempo.
Más: «Lo del otro día fue una prueba, para ella misma y para pulsar la reacción el público, y todo superó las mejores previsiones». Montero se vio con fuerza (ella misma usó la metáfora: «eso de actuar es como andar en bici, no se olvida») y la repercusión no ha podido ser mayor. Tras su reaparición en Madrid cantando 'Rosas' ante 60.000 personas han llovido las peticiones de entrevistas, pero ella no va a hablar, de momento: «Lo que tenga que decir lo dirá a través de sus redes sociales». Porque prepara de forma concienzuda su regreso a la música y a los escenarios, con varias cartas secretas.
Hasta aquí la información. Ahora una intuición (vale, sí, con cierta base): no descarten que el año que viene pueda haber también alguna colaboración puntual con La Oreja de Van Gogh en un gran evento que bien podría ser en Donostia. Hace semanas salió un primer globo sonda que fue pronto desmentido, pero el próximo año puede haber reencuentro público. La irunesa y sus excompañeros viven ya desde hace años una cálida relación, aunque nadie duda de que la gran Leire Martínez seguirá siendo buque insignia del grupo (Leire, a su vez, sigue creciendo en trabajos por su cuenta como presentadora y actriz: es la virtud de quien tiene muchas artes dentro, como ella).
Pablo Benegas cuenta en su libro (que sigo recomendando vivamente como una espléndida crónica de la 'guerra y paz' de nuestro país y de la gestación de La Oreja) cómo fue la incorporación de Amaia. «Nos dio ambición de la buena», dice. La Montero fue la banderilla que espoleó a cuatro jóvenes donostiarras que tenían talento pero eran tranquilos. Luego Amaia probó carrera en solitario y triunfó, aunque también fue deslumbrada en algún momento por los focos siempre exagerados del 'show businnes'. Los chicos de La Oreja, tras el desconcierto inicial, se rehicieron y han seguido triunfando con la personalidad y la voz de Leire. Este verano viven una intensa gira por festivales de toda España que están disfrutando mucho.
Yo en realidad solo quería escribir de la sociología del tsunami Amaia. El domingo pasado estábamos en Chillida Leku disfrutando del concierto de Iñaki Salvador and friends en homenaje a Laboa dentro del Jazzaldia cuando llegaron al móvil dos sucesivas alertas. La primera, la retirada de Biden de la carrera electoral; la segunda, la reaparición de Montero. Y la conmoción por lo de Amaia casi ha sido mayor que la destada por Joe...
¿Qué tiene esta mujer que genera tanta expectación? Dice Manuel Jabois que Amaia ha atravesado varias fronteras («de ahí los eufemismos sobre su estado y su parón») y ya «es nuestra, del pueblo, nos pertenece y le pertenecemos». Es un icono pop. Ha conocido la escalera del éxito en el sentido ascendente y en el descendente, y ya contó Juanra Viles, el ex Duncan Dhu convertido en edil, que en la escalera del espectáculo se aprende más al bajar que al subir. Amaia vuelve ya, más sabia, y lo celebramos.
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