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Alejo Rock en la segunda, 'Mi cruz', O. Cubillo
Alejo abriendo el Herrian de Sondika

Alejo abriendo el Herrian de Sondika

El roquero navarro, émulo de Leiva, destiló buen rock a mediodía en el parking de la estación, a modo de promoción del festival BBK Live

Sábado, 15 de junio 2024, 17:58

¡Con 24 minutos de retraso!, debido a que había un problema técnico y los músicos no se oían por monitores (los altavoces del escenario, que son distintos a los que emiten el sonido al público), arrancó el roquero navarro Alejo (Alejo Rock en las redes sociales, no sea que se encuentren con traperos y así) los 14 conciertos sobre tres escenarios que durante diez horas, en principio de 1 del mediodía a 11 de la noche, darán forma en Sondika al minifestival Herrian (en el pueblo), una secuela promocional del macrofestival Bilbao BBK Live, que hace dos sábado montó en el barrio de Rekalde el minifesti de más trayectoria Hirian (en la ciudad).

En este Herrian Sondika participan entre otros los trikitilaris Korrontzi (lástima perdérnoslos), los indies Cala Vento, la ex Operación Triunfo María Escarmiento, el transformista Yogurinha Borova, además de Suave, Alai, Gazzi, el rapero de Bermeo Xsakara y a las 9 de la noche el malagueño Sarría. Pero aquí nos concentraremos con el tardón a su pesar Alejo, que en su primer concierto en Euskadi (País Vasco dijo él de modo preciso) pidió cuatro veces coros al escaso y diseminado respetable, dos o tres veces palmas, y al final en plan andaluz avisó de que iba a tocar la última canción, ¡y era mentira!

Andoni García (guitarra), Alejo (voz y guitarras), Javier Barbería (batería) y Christian Cornago (bajo y coros) en 'Tenemos algo que solucionar'. o. Cubillo

Todo eso fue lo único malo de un bolo amable y agradable de 10 canciones en 46 minutos en cuarteto con buen guitarrista solista (el zarauztarra Andoni García) y buen bajista a los coros muy bien metidos. Con sonido limpio hacia fuera, Alejo (Alejo Rock en las redes, como insistió él mismo y le imitamos) presentó su segundo disco, 'Diamantes', el cual oímos mientras tecleamos estas líneas, y acabó satisfecho del concierto, pues agradeció como Malú: «Habéis sido un público reducido pero encantador y maravilloso. A ver cómo cantáis, esta es la buena», y pidió coros por tercera y penúltima vez.

Chico majo que en el fondo no se puso pesado al buscar la interacción de la gente (una cuarentena haciéndole caso contando a los currelas festivaleros, casi el doble contando las cuadrillas con niños del fondo del gran parking), Alejo sonó muy similar a Leiva: el ternurismo ('Gatopardo'), la dicción (al cantar y también al dirigirse al respetable), la lírica (buena y sincera también en su caso), el foco puesto sin miedo en el público femenino ('Rambo')… A Leiva nos recordó en 'Diamantes', absolutamente en 'Autoayudas', en 'Paso firme' (la de «mi parte quinqui coge el timón») y en varias más.

Y por salirnos del carril, señalemos que evocamos a Danny & The Champions Of The World en 'Mi cruz', sostendríamos en duelo que Alejo fue superior a The Jayhawks la víspera en el Music Legends de Miribilla en su canción psicodélica 'Tenemos algo que resolver' («yo tuve problemas mentales, como el 99 % de la gente, y estaba lleno de tabúes y de prejuicios, pero hice esta canción para sanarme», así la introdujo), sentimos su ansia juvenil paralela a los Drugos asturianos ('Alas de gárgola', la de «tengo cara de ángel pero alas de gárgola»), pensamos no a modo de artimaña en los Sidecars ('La máquina', la que comienza diciendo «me tocó el papel de loco / como en 'Amanece que no es poco'»), y Alejó se despidió argentinizado total ('Frontera', bastante powerpopera).

Ya tenemos ganas de verle en una sala. Y si quiere pedir coros que lo haga en la última canción. Que deje que la gente cante por su cuenta.

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