![«Si ellos aguantan con 60 años, nosotros también»](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2024/06/06/rmas-kGKC-U220357551538yPI-1200x840@El%20Correo.jpg)
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Itziar Altuna
Jueves, 6 de junio 2024, 01:52
Desde primera hora de la mañana ya se percibía que el de ayer no iba a ser un día cualquiera. «Llevamos aquí desde las cinco de la mañana», admitían Alejandro y Ana, dos amigos de Murcia que «solo quedamos para ver los conciertos de Rammstein». ... Si algo destacaban los cientos de personas que acudían a la cita era «el buen rollo, ese sentimiento común que nos une». Entre la muchedumbre que se acercaba a Anoeta estaban los bilbaínos Noemí y Gorka, que para las dos de la tarde ya estaban haciendo cola, aunque no querían acercarse demasiado al escenario. «Creo que será mejor verlo a cierta distancia», decía Gorka, sabedor de cómo las gastan los germanos.
En el bar Chopper, elegido como punto de encuentro para los seguidores del grupo, las terrazas estaban a rebosar. En una de sus mesas charlaban Ismael, Rubén, Quique, Adrián e Imelda, que se han conocido estos días en San Sebastián; todos ellos miembros de un grupo de whatsapp que se creó cuando compraron las entradas para el concierto. «Vengo desde Ourense y va a ser la primera vez que los vea en directo, sin duda es una experiencia única». admitía Rubén. En el caso de Ismael, «el año pasado tenía entrada para el concierto de Madrid pero caí enfermo», relataba, contento de que su suerte haya cambiado.
Una experiencia única
Con el paso de las horas, la presencia de los seguidores del sexteto alemán -casi todos vestidos de negro- fue en aumento. «Los sigo desde que tenía 20 años, y verles actuar en directo es como volver a mi juventud», admitía el vizcaíno Gabri, que les ha visto «diez veces. La fuerza que transmiten en los conciertos es increíble. Y si ellos con 60 años aguantan, nosotros con 50 también».
Con la camiseta oficial aguardaban ansiosos Elise, Benjamin y Valentin, de Bergerac, que habían venido directamente ayer y se marcharon tras la actuación. «Mañana (por hoy) tenemos que trabajar». Pero lo daban por bien empleado: «Estamos cumpliendo un sueño que teníamos desde la infancia», admitían.
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