Los museos y salas esperan al verano

Los museos y salas de arte están cerrados, pero no vacíos. Dentro permanece lo que les distingue, las obras artísticas, en compañía de los expertos que vigilan sus condiciones de conservación. Pero falta lo que les da su sentido último, los ojos del público.

Los responsables de los centros consultados por EL CORREO barajan como periodo aproximado de reapertura el inicio del verano. Es una previsión, insisten, que hay tomar con prudencia, porque todo depende de la evolución de la pandemia y de cómo se lleve a cabo la vuelta a la normalidad. De manera escalonada, sí, pero faltan los detalles. Lo que sí saben es que la mayoría de las exposiciones apenas habían comenzado su andadura. Por lo tanto, lo más razonable es aplazarlas, aprovecharlas más adelante, no desperdiciarlas. Habrá ganas de volver a pisar las salas. Será el verano del arte.

La idea de Juan Ignacio Vidarte, director general del Guggenheim, es mover hacia adelante una estación del año. La primavera se da por perdida y las exposiciones -la de William Kentridge en la Sala Film & Video se inauguró dos días antes del estado de alarma- pasan al verano, y las del verano al otoño. Así, la estación vacacional por excelencia estará protagonizada por Richard Artschwager, Olafur Eliasson y Lygia Clark. En otoño se inaugurarán las de Lee Krasner, Vasili Kandisnki y El Anatsui, veterano artista de Ghana al que precede una gran reputación.

«Algunas de estas muestras tienen un recorrido con distintas etapas y los préstamos de las obras van en consonancia, pero creo que vamos a poder hacerlo. En general, todos estamos en situaciones parecidas y aflora la solidaridad. Este año va a ser muy atípico. Tenemos un 70% de visitantes extranjeros. Pero celebraremos el día en que podamos volver a abrir el museo».

«Nada será igual». Miguel Zugaza, director del Bellas Artes, se refiere a los contenidos que han ido ofreciendo los museos en sus webs, paseos por las muestras y por la colección, explicaciones de los especialistas y otros recursos que, una vez que se ha profundizado en ellos, se convertirán en una parte más de la oferta.

En cuanto a las exposiciones, la cartelera queda así. 'Beruete, Regoyos y el paisaje' -llevaba tres días cuando se decretó el estado de alarma- y la antológica de Vicente Ameztoy estiran sus fechas y pasan a ser las estrellas del verano. La única que de momento se mantiene inamovible es la muestra de la colección de arte abstracto de Josefa Huarte, que comenzaría el 24 de junio. 'Back Side', sobre la importancia de la espalda en la moda y en colaboración con el Palais Galliera de París. prevista para junio, pasará a 2021, lo mismo que 'Ultramar', programada a partir de julio, con la colección de Patricia Phelps de Cisneros. El otoño se mantiene según lo previsto, con la colección de la familia del banquero bilbaíno Félix Fernández Valdés, que llegó a ser la más importante de España, y con la dedicada al diseñador alemán Otl Aicher, autor del logotipo de Metro Bilbao y estrecho colaborador de Norman Foster.

Con el arquitecto británico y Luis María Uriarte siguen trabajando en el museo, según los planes previstos para su ampliación, indica Zugaza. «Tiene más sentido que nunca. Reactivará la apuesta de las instituciones por Bilbao como una ciudad muy centrada en el arte y la cultura».

El director del Bellas Artes trata de imaginarse cómo será la vuelta a la normalidad. «Sufriremos el impacto en los ingresos. Es una crisis que va a mover las cosas. Tendremos que abrirnos más y reconquistar la confianza ciudadana, reflexionar sobre nuestro papel. La reapertura tiene que ser algo especial. Trataremos de que los espacios del parque y del museo se confundan en un mismo espacio público», anuncia Zugaza.

En 2020, Artium iba a desarrollar de pleno la política que llevó a Beatriz Herráez a la dirección en octubre de 2018. Esta se basa en dos ejes -paridad expositiva entre hombres y mujeres e internacionalización- y en ellos encajaba como un guante la fotógrafa canadiense Moyra Davey, con una exposición prevista para mayo, ahora en el aire.

El Artium se mantiene en contacto con la artista afincada en EE UU. La prioridad sería aplazar en lugar de cancelar. Paralelamente, Davey también es una de las profesoras del novedoso programa de estudios compartido entre Artium y Tabakalera, JAI (Instituto de Prácticas Artísticas), previsto para junio. Este curso ha ampliado el plazo de inscripción.

Azkuna Zentroa es un centro con actividades culturales diversas y la sala de exposiciones sólo representa una parte del conjunto, así que a la vuelta actuarán en todos los frentes, anuncia su director, Fernando Pérez,

Uno de ellos es el apoyo a los artistas locales. «Estamos buscando fórmulas para trabajar con ellos, para que una posible pérdida de recursos no les lleva al estancamiento. Seguramente abriremos el lantegi -salas de la parte posterior al sol luminoso de la Alhóndiga- para que puedan exponer y realizar sus investigaciones».

La exposición sobre el coreógrafo norteamericano Steve Paxton se prolongará durante el verano y quizá más allá. Tiene asociado un simposio internacional sobre su figura, que también cambiará de fechas. La mayor parte de los programas previstos de cine, mediateka y educación se distribuirán en el tiempo una vez se reabra el centro, como también sucederá con los contenidos de Gutun Zuria, el festival de las letras de la Alhóndiga.

El cálculo que hacen en la Sala Rekalde es muy claro: «Si se pierden pongamos dos meses de la exposición de Cristina García Rodero por el coronavirus, se prolonga dos meses», explica su directora, Alicia Fernández. La prestigiosa fotógrafa estuvo en la inauguración el 14 de febrero y la muestra tenía previsto acabar el 17 de mayo. «La cuestión no sólo es cuándo podremos reabrir, sino cómo, cuántas horas, con qué aforo. De momento, hemos tenido que ampliar el seguro y modificar los acuerdos legales con las entidades involucradas en la muestra».

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