El Museo Vasco redescubre el diseño de José Arrue

Su familia guarda con cuidado estos objetos que realzan la figura de un creador tan moderno como cercano al pueblo, con unas composiciones de un sentido escénico y un amor por el detalle que saltan a la vista. Una parte de esa colección se expone hasta febrero en el Euskal Museoa-Museo Vasco de la plaza Miguel de Unamuno de Bilbao, con el título de 'José Arrue, transmisor de la cultura popular', comisariada por Arantxa Pereda y Sonia Rueda.

«Mi padre tenía las paredes tapadas con libros y cuadros (...) Además, mi hermano Alberto estaba pintando cuando yo entraba en el uso de la razón. ¿Qué iba a hacer yo?», se preguntaba José Arrue, miembro de una familia de artistas de la que también formaban parte destacados creadores plásticos como Ricardo y Ramiro.

A José enseguida le descubrieron su talento para el dibujo y no le faltó trabajo como ilustrador y diseñador gráfico. La bombonería Asun del Arenal le encargó el diseño de cajas y envoltorios de bombones y caramelos. También hizo publicidad para Lotería Azcarreta, Licor Izarra y Bodegas Bilbaínas, además de cartas y tarjetas para el restaurante Luciano, en la Barrenkale, en las que aparecía la leyenda de «¡Comáis! ¡¡Bebáis!! ¡¡¡Paguéis!!!».

En una pared de la exposición están sus trabajos de diseño y en la de enfrente algunas de sus acuarelas. Las comisarias han querido subrayar el similar trato temático a las obras publicitarias y a las estrictamente artísticas. El mundo de los aldeanos que venían a Bilbao y hablaban un castellano euskerizado, el de las romerías y de las salidas de misa, el de los juegos como los bolos y la pelota -con una acuarela que le acerca al cubismo-, abordados con un toque de buen humor, caracterizan todas las facetas de este artista verdaderamente multidisciplinar.

Fue capaz de llevar su obra a todo tipo de soportes y formatos. Por eso en la muestra subyace la idea de que representó al artista que creía en la democratización del arte y la practicaba, con un dibujo de línea clara muy próximo a Hergé, con el que también comparte su habilidad para dar movimiento a los personajes.

Con 15 años se fue a Barcelona y estudió con Ramón Casas. Después se marchó al Barrio Latino de París con su hermano Alberto. Estuvo en el nacimiento de la revista satírica 'El Coitao. Mal llamao', junto con Gustavo de Maeztu, Angel Larroque y Nemesio Mogrobejo, y los escritores Ricardo Gutiérrez Abascal (el crítico de arte que firmaba como Juan de la Encina), Tomás Meabe y Ramón de Basterra.

Fue de los primeros en vivir en el entonces moderno barrio de Iralabarri, con casas adosadas de dos pisos en cuesta pronunciada, por lo que le llamaron el 'San Francisco bilbaino'. Militante de Acción Nacionalista Vasca (ANV), en la Guerra Civil destruyeron toda la obra que guardaba en su casa y estuvo encarcelado en Santoña, Orduña y en los Escolapios de Bilbao.

En ese colegio convertido en prisión, realizó un par de dibujos que la muestra del Museo Vasco recoge y que luego trasladó a una caja de puros. Al terminar la guerra se sintió desencantado, se fue a vivir primero a Areta y luego al centro de Llodio, se alejó del mundo artístico y se concentró en su labor como diseñador. De esa época es la vajilla para fábrica La Ibero Tanagra con escenas sobre la crianza y la matanza del cerdo a través de distintas generaciones. Un lujo al alcance del pueblo: la esencia de José Arrue.