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El Bellas Artes necesita más espacio para realizar sus ambiciones. Su director, Miguel Zugaza, quiere presentar la colección del museo con enfoques nuevos, ampliar sus exposiciones temporales, contar con mejores instalaciones para sus talleres de restauración y con más superficie para sus empleados, que ... irán creciendo porque las actividades museísticas y de gestión también lo harán. La tan comentada ampliación del museo del parque, un proyecto deseado desde la Alcaldía de Iñaki Azkuna y la dirección del centro en tiempos de Javier Viar, ya está aquí, o al menos su primer y decidido paso. Ya no hay marcha atrás. Estos trabajos de ampliación obligarán a cerrar la pinacoteca durante un año y medio. Asimismo, las obras se trasladarán a varios emplazamientos sin concretar.
Zugaza ha presentado hoy al detalle el estudio de viabilidad de la remodelación, dentro del plan estratégico 2019-2002 que se aprobó el día anterior por el patronato presidido por el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto. De él emergen pinceladas claras de lo que será el Bellas Artes del futuro, con 8.000 metros cuadrados más que el actual, de 11.000, y un presupuesto para obras de 22 millones. Casi doblará el espacio.
La ampliación del recinto expositivo, de las áreas de atención al visitante y del departamento de educación -es decir, de aquello que afecta al usuario en su relación física con el museo- permitirá sumar 5.000 metros a los que hay ahora en el edificio del parque con una emblemática novedad: el museo se podría reorientar hacia su posición original, mirando a la hoy plaza Euskadi, y su acceso principal podría ser subterráneo para salvar las estrecheces arquitectónicas de la entrada de toda la vida. En cualquier caso, esa solución la tendrán que adoptar los arquitectos que diseñen la ampliación, que incluye la posibilidad de levantar algún bloque en altura en el entorno del museo.
El crecimiento del Bellas Artes conlleva el traslado de los servicios de almacenamiento de su planta subterránea a un edificio auxiliar de 3.000 metros cuadrados aún por determinar. La creación de dos jefaturas, artística y gerencia, destaca en esta revolución que le acerca a los grandes museos. Zugaza, que pilotó la última remodelación en 2001 antes de asumir la dirección del Prado, profundizará en la identidad del museo como casa del arte vasco y en la presencia de mujeres artistas.
La Ampliación y el concurso de arquitectura
La ampliación del Museo de Bellas Artes supone añadir 8.000 metros cuadrados más a los 11.000 existentes. De ellos, 5.000 se ganarán en el recinto actual, distribuidos tanto en el interior de los edificios como, sobre todo, en su entorno adyacente. En este último caso, el plan estratégico reserva tres zonas sujetas a una intervención arquitectónica: la franja de terreno que se abre entre el museo y la plaza Euskadi -con vértices en el comienzo de la calle Máximo Aguirre por un lado, a escasamente diez metros de distancia de las manzanas de casas, y el inicio del parque de Doña Casilda por el otro-; la plaza del estanque donde está el monumento a Arriaga, entre el edificio antiguo y moderno; y también el espacio de la entrada donde actualmente se ubica la escultura de Eduardo Chillida 'Lugar de encuentros IV' y la terraza de la cafetería .
Los 5.000 metros cuadrados de esta parte de la ampliación del museo estarán dedicados a la exposición de la colección (1.500), las muestras temporales (2.000), la atención al visitante (1.000) y las actividades de educación (500).
Esta es la distribución de espacios que se plantea en el plan estratégico del Bellas Artes para el ciclo 2019-2022, elaborado por la consultoría Idom. Se trata de una planificación porque su definición última dependerá del estudio de arquitectura que gane el concurso internacional para la ampliación, y cuya redacción de requisitos y convocatoria se realizará a principios del próximo año. La idea es que este ambicioso proceso de transformación concluya dentro de tres años a partir de enero.
El estudio presentado establece que el actual edificio moderno se dedicará íntegramente a exponer la colección, incluida la actual sala BBK y la parte del hall, de la tienda y de la cafetería. El nuevo área de taquillas y otros servicios para el visitante se ubicará previsiblemente en el límite con la plaza Euskadi para aliarse con el nuevo Bilbao, el de la Torre Iberdrola y el Guggenheim. Se situará en el subsuelo, conectado con el exterior por medio de alguna solución urbanística. El Bellas Artes se podría reorientar así hacia su posición original. Como antecedente podría servir la solución que I. M. Pei aportó al Louvre de París con su icónica pirámide de cristal. A través de ella entra la luz al espacio de las taquillas y la tienda del sótano.
La reforma del Bellas Artes también conlleva una redistribución interior. El museo trasladará las oficinas, biblioteca y almacenes a otro edificio, cuyo emplazamiento aún está por decidir. Deberá tener 3.000 metros cuadrados para albergar con garantías esos servicios. Su localización y adquisición están previstas para el año que año. La mudanza debería estar culminada en marzo de 2020.
Las recientes donaciones de los archivos y bibliotecas de Xabier Sáenz de Gorbea, imprescindibles para entender el arte vasco contemporáneo, y de los críticos y comisarios Francisco Calvo Serraller y Rosa Queralt obligan a tener mayores instalaciones para el almacenamiento, consulta y estudio de documentos. Con estos fondos, el museo se sitúa como referente para la investigación.
2022 es el año que se baraja como conclusión de las obras en los edificios ya existentes, incluidas también las referentes a sus sótanos.
El inmueble auxiliar El calendario para este edificio, que albergará oficinas comenzará en enero, con la búsqueda y adquisición del inmueble, y concluiría en marzo de 2020 con el traslado al nuevo recinto.
Coste y financiación
El coste del edificio auxiliar nuevo y de las ampliaciones de los existentes casi alcanzará los 22 millones de euros, contando seguros, licencias y honorarios de las empresas implicadas, según el informe de la consultoría Idom, que dirigió el proyecto de Frank Gehry para levantar el Guggenheim.
La financiación de ambas intervenciones se pagará con una línea de crédito a largo plazo y se afrontará con las aportaciones anuales extraordinarias de las tres instituciones fundadoras del Bellas Artes -Ayuntamiento de Bilbao, Diputación y Gobierno vasco-.
La pinacoteca del parque persigue desarrollar el programa corporativo con 30 nuevas incorporaciones, lo que significaría doblar el número actual. Los Amigos del Museo llegarían a los 4.000, lo que aportaría 700 nuevas adhesiones. El museo ha ido aumentando sus ingresos con estos colectivos y quiere favorecer aún más esta línea.
El objetivo es llegar a la paridad en la financiación, es decir, un 50%-50% entre las instituciones socias y el dinero privado, con más contribuciones de cada una de las partes porque con los nueve millones de presupuesto de este año no alcanzan para el pago de este cambio radical en el museo y su continuidad.
Su director, Miguel Zugaza, pilotó la última remodelación de envergadura, en 2001. Desde que volvió a dirigirlo en 2017, la ampliación pasó de asignatura pendiente a necesidad acuciante. Los tres socios propietarios del museo le pidieron paciencia hasta que escampasen los peores efectos de la crisis. Entonces, en la siguiente legislatura, se pondrían a la tarea, a la financiación de la ampliación. El tiempo de espera ya ha pasado.
30 nuevas incorporaciones de patronos corporativos se plantean como objetivo, lo que significaría doblar los miembros actuales. El objetivo es llegar a la paridad entre los recursos públicos y privados en la financión del presupuesto ordinario.
Vasco y de mujeres El museo aspira llegar a los 4.000 miembros en la Asociación de Amigos del Museo.
El público
El museo del parque no quiere perder su papel histórico de lugar de aprendizaje de historia del arte para los bilbaínos. Pero, como el resto de centros de su empaque, necesita abrirse aún más al turismo cultural, que tantos réditos genera. También persigue sumarse a las nuevas corrientes de la museología que están revolucionando la manera de presentar y de contemplar las obras en un centro que atraviesa el arte antiguo, el moderno y el contemporáneo, y que tiene la intención de poner un mayor énfasis en el vasco, en el audioviusal y en el realizado por mujeres.
No obstante, el programa de exposiciones no se olvidará de las grandes exposiciones de carácter internacional, que son las que más público atraen y las que ejercen como imán para turistas culturales. Serán también un gancho para los visitantes del Guggenheim, que el año pasado rebasó los 1,3 millones de entradas.
Según se recoge en el documento, la ampliación permitirá recibir con holgura las 300.000 visitas anuales, cifra en el entorno de la que se logró en 2017 con el récord histórico de 315.000. En este capítulo aparece asimismo el objetivo de captar nuevos públicos y de interesar a los jóvenes, para vincularles con la vida del museo y con el arte en general.
Todo ello exige mayor esfuerzo de investigación propia, de conservación y de educación, y un aprovechamiento de las herramientas digitales para generar experiencias en sintonía con los usos actuales de la comunicación.
Además, el Bellas Artes pretende llegar a un mayor equilibrio entre las acciones comunicativas que tienen como objetivo las muestras temporales y las de la colección, para que esta tenga una mayor presencia de la que hasta ahora ha tenido.
315 mil es el récord histórico del Bellas Artes. Se consiguió en 2017, en el primer año de la vuelta de Miguel Zugaza a la dirección del museo y a pesar de estar varios meses sin una muestra temporal.
Vasco y de mujeres El Bellas Artes estará muy atento a los movimientos en el panorama del arte vasco y también al realizado por mujeres.
El Museo digital
Revolucionar el acceso online es uno de los objetivos más señalados del informe. Con ello pretenden facilitar una experiencia alternativa a la visita presencial del museo. Las herramientas tecnológicas generan visibilidad y accesibilidad para los públicos generales pero también para los especializados, a través en este caso de bases de datos especializadas como Arteder, referencia inexcusable para la investigación sobre el arte vasco. También han establecido como objetivo la invitación a colaborar activamente al público a través de la web. Incorporarán los recursos ya habituales en las páginas de internet, como vídeos, podcasts y emisiones en streaming. Desarrollarán una estrategia de redes sociales para captar a los jóvenes y usarán un lenguaje inclusivo en la redacción de contenidos.
4 son los objetivos de la estrategia web, facilitar la experiencia virtual, ganar en accesibilidad y visibilidad, invitar a la colaboración y acercarse a los jóvenes.
La organización
El «reto de la permanente transformación del museo» exige una nueva organización que pueda acometerlo con solvencia, argumenta el estudio. El gabinete de dirección se apoyará en la secretaría y en el patronato por un lado, y en el departamento de relaciones externas y comunicación por otro. El resto del organigrama tiene dos brazos diferenciados, el de conservación y el de gerencia, ambos con una jefatura de nueva creación. La primera, regulada por un contrato de alta dirección, se encargará del mantenimiento y difusión de la colección, el desarrollo de las actividades artísticas y el conocimiento de los públicos y audiencias.
De esta jefatura dependerán tres unidades de conservación para velar por el cuidado y el estudio de las 14.000 piezas de la colección. Dichas unidades se dividen en la de arte antiguo y artes decorativas; arte moderno y obra sobre papel; y arte contemporáneo y audiovisual. Del mismo área dependen la biblioteca y el centro de estudios; el registro, archivo y documentación; y el departamento de restauración.
En el aspecto de la documentación, el informe subraya el papel de Arteder, base de datos sobre arte vasco ya integrada en el museo, y cuyo objetivo es fomentar la investigación y la difusión sobre la creación en Euskadi. Se compone de un patrimonio documental con 36.500 monografías, 330 publicaciones periódicas y un importante fondo de catálogos de mano y materiales de todo tipo, accesibles a través de la página web del museo.
El gerente también contará con un contrato de alta dirección. Se apoyará en un departamento de Recursos Humanos y en otro de Legal, que asesorará en los proceso de licitación y contratación.
2 son las jefaturas con las que contará el museo. La primera, de conservación, se encargará de la colección, de las actividades artísticas y del conocimiento de los públicos. La segunda, de gerencia, contará con un departamento de Recursos Humanos y otro de Legal
Arteder Centro de estudios con más de 36.500 monografías.
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