Muere a los 75 años Javier Viar, director del Bellas Artes entre 2002 y 2017

Debutó como comisario de arte en 1993 con la exposición 'Balerdi, la experiencia infinita', que acogió la sala Rekalde, y ya nada le detuvo. Fue miembro del primer Consejo Asesor para adquisiciones del Guggenheim y durante 13 años formó parte del Consejo de Administración del Bellas Artes. Una trayectoria que justificó su elección como director de la emblemática pinacoteca del parque de Doña Casilda. Se despidió en 2016, cuando el museo recibía en torno a 265.000 visitantes al año y todavía se recordaba el éxito descomunal de las exposiciones consagradas a Antonio López y Fernando Botero, ambas en 2012. Tenía visión de futuro y su herencia sigue viva. Fue el primero en plantear la necesidad de ampliar las instalaciones del Bellas Artes.

"Su reconocida trayectoria profesional y su talante humanista han dejado una impronta indeleble en el museo y en la cultura vasca", recalcaba esta mañana la pinacoteca bilbaína. En las redes sociales, nada más conocer la noticia, Alfonso Gil, teniente alcalde y portavoz Socialista en el Ayuntamiento, aportaba una valoración en la misma línea: "Era una persona comprometida con el crecimiento de nuestra ciudad desde diferentes visiones, pero sobre todo desde la cultura. Un fuerte abrazo para la familia".

También la diócesis fue de las primeras en expresar sus condolencias, al recordar su "buena disposición" a la hora de colaborar en las actividades culturales que organiza habitualmente la jerarquía eclesial en Bizkaia. Así ocurrió por ejemplo en 2014 con motivo de la visita al País Vasco del cardenal Gianfranco Ravasi, uno de los intelectuales más reputados en el Vaticano. El exdirector del Bellas Artes y el purpurado lombardo tuvieron oportunidad de charlar entonces sobre Miguel de Unamuno y la pintura española.