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Escena del montaje de 'Jérusalem', con el sello del director de escena Francisco Negrín. E.C.

Un montaje con escenas dantescas y ritmo trepidante

Adaptación al francés de 'I Lombardi', ofrecida el pasado enero en Bilbao, continúa siendo una historia de cruzados. «Lo daremos todo», dice la soprano Rocío Ignacio

Miércoles, 13 de noviembre 2019, 00:18

'Jérusalem' no es la mera traducción al francés de 'I Lombardi', la ópera de Verdi que se presentó a principios de este año en el Euskalduna. Hay varios números que se repiten (los mejores, evidentemente), pero en general es una obra más redonda ... y fácil de comprender. Tiene menos personajes y apuesta por el realismo puro y duro. La trama de enredos familiares se ambienta en tiempos de las cruzadas y se respira patriotismo, misticismo y sed de sangre. Un telón de fondo que el genio de Busseto pinta con maestría. El trazo es intenso y grueso, sin filigranas.

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La partitura de 'Jérusalem' derrocha un vitalismo primitivo y espectacular. Grandioso por momentos. No podía ser de otra manera, como carta de presentación de Verdi en la Ópera de París. El compositor estaba obligado a ofrecer una buena dosis de 'grandeur', es decir, pompa y refinamiento, además de un ballet (elemento obligado), para seducir al público francés. A falta de tiempo para concebir una obra nueva, Verdi tiró de pragmatismo y no tuvo inconveniente en sacar partido del material previo de 'I Lombardi'. Una jugada de autoplagio plenamente legítima en su época. Cambió el título, trasladó el argumento de Milán a Toulouse, enriqueció la partitura y salvó la papeleta. ¿El resultado? Una obra que merece ser rescatada.

Pese a su calidad, desde su estreno en 1847, se ha ofrecido con cuentagotas. Se representó por primera vez en Alemania hace... ¡tres años! Aquella première germana llegó de la mano de una coproducción entre la ABAO y el Teatro de Bonn, con el sello de Francisco Negrín. Un montaje colosal, inspirado en 'La Divina Comedia', con escenas dantescas y un ritmo trepidante que hacen sudar la camiseta a los solistas y al coro. Este sábado, a las 19.00 horas, aterrizará en el Euskalduna con el objetivo de hacer justicia a Verdi. Por fin, se estrenará 'Jérusalem' en España. La Orquesta Sinfónica de Bilbao, bajo la dirección de Francesco Ivan Ciampa, se encargará de arropar a Jorge de León, Rocío Ignacio, Michele Pertusi y Pablo Gálvez en los papeles principales. No se incluirá el ballet de la versión original, pero en todo lo demás se respetará la partitura de Verdi.

Una tinta muy particular

«Este título tiene un color particular. Nada que ver con 'I Lombardi'. Es una obra con otra tinta... Una expresión muy gráfica que empleaba el propio Verdi cuando hablaba de sus óperas. Cada partitura, cada música, tiene su tinta particular. La tinta de 'Jérusalem' no es propiamente belcantista sino más bien dramática. No es tan evidente la herencia de Rossini, Bellini y Donizetti», reflexionaba ayer en rueda de prensa el bajo italiano Michele Pertusi. Es el único cantante del elenco, junto con el barítono granadino Pablo Gálvez, que ha interpretado esta ópera.

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Exige un conocimiento profundo del arte verdiano. Hay que imprimir los acentos justos y, sobre todo, desplegar un fraseo inmaculado. Un reto que asume la joven soprano Rocío Ignacio sin que le tiemble la voz: «Daré lo mejor de mí misma. Es una partitura que técnica y físicamente nos exige estar al cien por cien». La intérprete sevillana debutó hace siete años en una función de Opera Berri, como Adina en 'L'elisir d'amore', y ahora se dispone a protagonizar un estreno nacional.

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