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La pandemia y la crisis económica situaron al Circo del Sol en el filo de la navaja. Tras asomarse al abismo de la quiebra, la gran multinacional del espectáculo resurge y vuelve a España con su montaje más icónico. Estrenado en 1994 (1998 en España), 'Alegría' ha sido revisado bajo una nueva luz. Emoción y perfección conviven en un vibrante 'show' que tres décadas después mantiene su seductora frescura. Estrenado el miércoles en la Ciudad Condal, recorrerá España durante los próximos 14 meses.
La ciudad volante de 'Alegría' se alza en L'Hospitalet de Llobregat, hasta el 19 de mayo. Recalará luego en Málaga (31 de mayo), Alicante (16 de julio), Sevilla (28 de septiembre) y Madrid (4 de diciembre). «El Circo del Sol y España viven una larga y preciosa historia de amor. En ningún otro país hacemos temporadas tan largas», dice agradecida Rachel Lancaster, directora artística de la renovada 'Alegría' que no ha perdido un ápice de su magia y su potencia a pesar de su veteranía.
Cuando se estrenó, la troupe canadiense llevaba una década de andadura, pero 'Alegría' supuso su consolidación mundial. Hoy le dan vida sobre la pista 144 artistas, músicos, contorsionistas, trapecistas, acróbatas o equilibristas de 21 nacionalidades. Muchos son atletas de competición retirados de deportes como la gimnasia artística, acrobática y rítmica, el trampolín o la natación. Algunos eran unos críos o no habían nacido cuando 'Alegría' se estrenó .
No podían faltar los payasos, cruciales en un montaje en el que brillan los españoles Pablo Bermejo y Pablo Gomis. Los Pablos -veteranos en la casa- son un pilar del espectáculo junto a las cantantes de una banda sonora que fue nominada al Grammy, que ha vendido millones de discos y que renueva orquestación y arreglos sin perder su esencia. «Mantiene el reconocible espíritu original», dice Lancaster, que ha reestructurado la conexión entre los números. «Franco Dragone, creador de 'Alegría', dijo que no es una pieza de museo. Así que, si no evoluciona es un paso atrás», agrega.
'Alegría' transcurre en el corazón de un reino antaño glorioso que ha perdido a su Rey y donde el viejo orden lucha por el poder con la juventud que anhela cambios para iluminar el mundo. La poesía visual y la extravagancia acrobática alimentan la magia de un montaje que desafía al paso del tiempo y ha cautivado a más de 14 millones de espectadores en 255 ciudades de 40 países. Más de setenta millones de personas han visto en todo el mundo los espectáculos ambulantes del Circo del Sol.
En marzo de 2020, cuando el coronavirus detuvo al planeta, se suspendieron un millar de funciones de los 44 espectáculos activos de la compañía. De facturar millones de euros diarios, pasó a devolverlos por la venta de entradas anticipadas, a despedir al 95% de sus 4.000 trabajadores y declararse en quiebra.
«La pandemia fue terrible para el mundo del espectáculo, pero hoy solo sentimos felicidad y gratitud por volver. Todo pinta bien; tenemos mil razones para la alegría y muchos años por delante», dice Lancaster. Hoy la compañía celebra su cuatro décadas de andadura y vuelve a ser un gigante del entretenimiento con 45 espectáculos vivos, algunos itinerantes y otros fijos, como los seis de Las Vegas o en el parque Disney de Orlando. Revitalizado, el grupo canadiense tiene otras divisiones para la producción multimedia, experiencias inmersivas y participaciones en parques temáticos.
La renovación del surrealista vestuario ha exigido más de 20.000 horas de trabajo. Solo el vestido del señor Fleur, bufón e hilo conductor de 'Alegría', necesitó trescientas horas. Se imprimieron más de mil metros de tela mediante una técnica llamada sublimación que fija las imágenes a las fibras de los materiales. Cada atuendo está hecho a medida y se confecciona a mano en los talleres del circo en Montreal. Hay 96 trajes y 533 elementos de vestuario diferentes. La vida útil de cada atuendo no supera los seis meses y hay 30 diseños de maquillaje.
Revolucionaron el circo desterrando el abuso de animales y con nuevos desafíos a la física y no dejan de tener imitadores. «Eso quiere decir que lo hacemos bien. Cuando alguien copia algo es porque lo admira. Cuando empiezas copias a los maestros y ahora esperamos que aprendan de nosotros. Ser una inspiración»» se felicita risueña Rachel Lancaster. No en vano, invierten el grueso de sus beneficios en investigación y desarrollo de nuevas tecnologías, técnicas visuales y escenografías y mantiene su escuela de Quebec, semillero y universidad de versátiles artistas.
Ochenta camiones remolcan cerca de dos mil toneladas de equipamiento. La gigantesca carpa es el centro de una ciudad móvil y energéticamente autosuficiente con cocinas, comedores -cuatro chefs sirven 250 comidas diarias- dispensario médico, oficinas, zonas de ensayo y talleres. La carpa tiene capacidad para más de 2.600 personas y estaba abarrotada el día del estreno. Con una altura de 19 metros y un diámetro de 51, montarla y desmontarla lleva 8 días. Sus cuatro mástiles de 25 metros requieren 550 ganchos para anclarla sobre más de 4.500 metros cuadrados de asfalto.
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