Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
nerea azurmendi
Lunes, 19 de diciembre 2022, 07:20
Finalmente, la txapela se decantó por la veteranía y la experiencia, y Maialen Lujanbio se proclamó campeona de la décimo octava edición del Campeonato de Euskal Herria de Bertsolaris, tras haber llegado al cara a cara con Amets Arzallus, vicecampeón.
Después de una jornada en ... la que los bertsolaris, con altos y bajos ocasionales, destacaron por su regularidad, pocos se atrevían a adelantar los nombres de los dos aspirantes a la txapela, y al final se reeditó una última ronda con aires de 'déjà vu', idéntica a las de 2009, en la que se impuso Lujanbio, y a la de 2013, que fue para Arzallus.
La de 2022, al igual que la que en 2017 compartieron la bertsolari hernaniarra y Aitor Mendiluze - los más veteranos, con 46 y 47 años, respectivamente- se ha decantado a favor de Maialen Lujanbio, que con la tercera txapela acrecienta su carácter de referencia en la historia del bertsolarismo. El momento en el que la recibió de manos del bertsolari gabiriarra Iñaki Murua, presidente durante muchos años de Euskal Herriko Bertsozale Elkartea, fue muy emotivo. Los aplausos de 13.000 personas puestas en pie también fueron, sin ninguna duda, para él.
Noticias Relacionadas
BIANDITZ IRAOLA
Jon Ander Goitia
En sus bertsos de despedida, todos los bertsolaris recordaron la importancia de las páginas que está escribiendo Maialen Lujanbio -Aitor Mendiluze la calificó de «mito»- y fueron particularmente explícitas sus compañeras Alaia Martin y Nerea Ibarzabal, protagonistas de otro hito al lograr que, por primera vez, tres mujeres bertsolaris tuvieran voz en una final que, con toda seguridad, será de transición.
Un Aitor Mendiluze muy emocionado, y muy arriba en las quinielas de muchos aficionados a lo largo del día, ocupó el tercer puesto, y le siguieron, en este orden, Sustrai Colina, Alaia Martin, Beñat Gaztelumendi, Nerea Ibarzabal y Joanes Illarregi.
El hecho de que los ocho finalistas terminaran el maratón de bertsos -siete horas sobre el tablado, combinando intervenciones sin repercusión en la puntuación final y ejercicios puntuables- en una horquilla de puntos no demasiado amplia (la diferencia de los dos primeros calificados se deriva de los ejercicios extra que realizaron en el 'buruz burukoa') demuestra el estado de forma en el que los ocho llegaron a la final y el despliegue de talento que realizaron en una final que empezó abierta, se desarrolló sin que despuntara claramente ningún favorito y que pasará a las historia, también, por ser la primera que ha tenido lugar en Navarra.
El desarrollo de cualquier sesión de bertsos, también el de la más trascendente, la final con la que sueñan muchos niños y niñas desde que aprenden las normas básicas y hacen sus primeras improvisaciones, depende sobre todo de la capacidad y la disposición de ánimo de los bertsolaris, pero también de los temas que les proponen.
Son temas cuidadosamente preparados y seleccionados por un extenso grupo de expertos, que ayer fueron formulados a los bertsolaris por Jon Zaldua por la mañana y por Alaitz Rekondo por la tarde. Comunicar el nombre de la ganadora y del resto de los clasificados, por su parte, correspondió a Idoia Anzorandia, que no olvidó mencionar los cientos de personas que han ido preparando el camino para la gran fiesta de ayer y agradecerles el trabajo realizado.
Noticia Relacionada
La mayoría de los temas sobre los que tuvieron que improvisar los bertsolaris guardaban relación con situaciones de la vida cotidiana. En muchas ocasiones, sobre todo en los ejercicios por parejas, abrieron la puerta a aproximaciones en clave de humor que los bertsolaris aprovecharon incluso cuando los roles que se les proponían parecían orientar el diálogo rimado en otra dirección. Aitor Mendiluze y Amets Arzallus, por ejemplo, provocaron las risas del público haciendo humor -bastante negro, pero humor al fin y al cabo-, con la fabricación de un ataúd.
A lo largo del día los bertsolaris fueron, entre otras muchas cosas, investigadores precarios; propietarias de una tienda costera que corría el riesgo de acabar arrasada por las olas como consecuencia de la subida del nivel del mar; dueñas de una food truck que vende comida basura y 'foodies' más preocupados por fotografiar los platos que de degustarlos; monitores a los que se les pierden, sin mucho apuro por su parte, todos los niños que cuidaban...
Pero también tuvieron que hablar de malos tratos; de la soledad de los ídolos caídos; de los abusos en la infancia; de los niños de Gaza; de las marcas de queja la cárcel; de la precariedad/ explotación laboral; de las basuras; de la crisis de Osakidetza; de la diversidad en muchas de sus manifestaciones; de la despoblación rural; del racismo; de los recuerdos de la adolescencia; de los primeros amores y los primeros encuentros sexuales... Hubo, por lo tanto, espacio para el humor, pero también para el amor, para la emoción, para la ternura, para la denuncia, para el compromiso...
Era justamente esa capacidad de transformarse en unos pocos segundos en personajes que, con mucha frecuencia, poco tenían que ver con el perfil o la edad del bertsolari, uno de los aspectos del «espectáculo impresionante» que más llamó la atención de una de las expertas internacionales que asistieron a la final, la investigadora cubana Amaya Carricaburu. Carricaburu, que a pesar de su nombre y su apellido no había tenido contacto previo con el euskera y la cultura vasca, es una musicóloga especializada en el estudio de la décima cubana, una modalidad de improvisación muy arraigada en la isla. «Nada de lo que hacemos se parece a lo que estoy viendo. Las dimensiones de este acontecimiento son enormes, y la organización también me está pareciendo espectacular. Y, sobre todo, me impresiona el público, el modo en el que escucha en completo silencio a los bertsolaris para, en un segundo, estallar en aplausos y convertir el ambiente en una fiesta».
Esa combinación entre liturgia y fiesta fue una constante en el interior del Navarra Arena, un recinto enorme capaz de acoger a 13.000 personas que, sin embargo, permite que se genere un ambiéntente cálido, íntimo en ocasiones. A pesar de la novedad, el bertsolarismo se sintió como en casa en Pamplona, y los momentos más delicados -las dos entradas y las dos salidas, puesto que se vació por completo a mediodía-, transcurrieron sin contratiempos dignos de mención. El encuentro de ayer entre el bertso y un Navarra Arena que para las 21.00 horas casi había recuperado su aspecto original parece el inicio de una larga amistad.
La que se celebró y se reforzó fue la existente entre los bertsozales y un momento tan especial como la final de un campeonato que se ha demorado un año, pero compensó con creces la espera.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.