Más luz sobre la 'muerte envenenada' de Neruda

Es un nuevo episodio en el largo enigma que ha acompañado la muerte de un poeta que fue leyenda para sus lectores y símbolo político para sus seguidores. Hace justamente diez años se cerró otra investigación internacional en la que tomó parte el forense guipuzcoano Paco Etxeberria. Aquel trabajo concluyó que Neruda no había sido envenenado, y atribuyó su fallecimiento al avanzado estado del cáncer que sufría, aunque la investigación judicial quedó abierta. Ayer Etxeberria, contactado por este periódico, prefirió no hacer declaraciones.

El rigor es una de las máximas que preside el trabajo de Francisco Etxeberria, el hombre que también en Chile investigó los restos de Víctor Jara o Salvador Allende, o en España los de Lasa y Zabala, y que además ha localizado numerosas fosas de la Guerra Civil o esclarecido el 'caso Bretón', el padre que mató a sus dos hijos. Etxeberria confesó hace una década, en plena trabajo del 'caso Neruda', que sobre el rigor científico del trabajo flotaban también las emociones del joven estudiante que era cuando el gobierno de Allende fue derrocado. El equipo en el que participó Etxeberria concluyó que en los restos no se habían encontrado «agentes químicos relevantes que pudieran relacionarse con el desenlace de la muerte», resumió entonces Patricio Bustos, director del Servicio Médico Legal (SML) de Chile.

Cuando Neruda murió estaba internado en la Clínica Santa María de Santiago, tratándose un cáncer de próstata avanzado. Las dudas sobre las causas de su muerte fueron planteadas por su exchófer, Manuel Araya, quien afirmó que, horas antes de morir, al poeta le inocularon en el pecho una misteriosa sustancia. Los restos óseos del poeta, exhumados de su tumba en Isla Negra, fueron analizados en universidades de España y Estados Unidos, que no encontraron «evidencia que permita establecer una etiología médico-legal por causas no naturales en la muerte».

La familia del poeta ya anunció entonces que seguiría pidiendo diligencias. Las noticias llegan diez años después. Los peritos internacionales tienen previsto entregar hoy el nuevo informe, que según reveló el lunes la familia a Efe, demostraría que el poeta «fue envenenado». Parientes y abogados del poeta aseguran que la bacteria hallada en los restos «ya estaba en su cuerpo cuando se produjo la muerte». «Sabemos ahora que el 'clostridium botulinum' no tendría por qué haber estado en la osamenta de Neruda. ¿Qué quiere decir esto? Que fue asesinado, hubo intervención en 1973 por agentes del Estado», dijo Rodolfo Reyes, sobrino del poeta.

La bacteria, responsable del botulismo, fue hallada en 2017 en una muela de Neruda por otro panel de expertos. El 'clostridium botulinum' es un bacilo que se encuentra por lo general en la tierra, pero los expertos de la Universidad de McMaster (Canadá) y de Copenhague concluyeron que «no se filtró al cadáver de Neruda desde dentro o alrededor de su ataúd», sino que ya lo tenía antes de morir. Los abogados de la familia recuerdan que el escritor iba a viajar a México y en el exilio se habría convertido en el «opositor» de Pinochet. En los próximos días se conocerán mas detalles.