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Zadie Smith (Londres, 1975) aterriza por primera vez en Bilbao con nuevo libro bajo el brazo, 'La impostura' (Salamandra), una atípica novela histórica en la que, inspirada en personajes y hechos reales de la época victoriana, aborda temáticas como el colonialismo, la esclavitud, los populismos, ... el feminismo o la lucha obrera. Invitada por el festival JA! como uno de los grandes nombres de esta edición, palia las consecuencias del cansancio y un molesto resfriado a base de café y agua con gas mientras atiende a este diario en la terraza del hotel Radisson.
– ¿Por qué se ha atrevido ahora con una novela histórica?
– En este caso no hay tanta diferencia entre el pasado y el presente, simplemente quería contar una historia real en lugar de una imaginada. Aunque sea del pasado, la historia es verdadera y eso es lo que quería contar. Y, ya sabes, que la trama ya esté tratada te hace la vida mucho más fácil para escribir (ríe).
– No es la típica novela de época. Ha optado por una estructura rompedora de capítulos cortos y en lenguaje directo.
– No quería escribir una novela de género, así que la hice como quise. Estéticamente, me gusta la idea de estos capítulos cortos y de que la gente pueda leerlos en ráfagas muy pequeñas. Lo que pasa con las novelas victorianas, las auténticas, es que tienen una especie de movimiento lineal y todo parece estar completamente integrado y racional. Eso oscurece mucho el estilo y yo quería crear un universo en el que las cosas no fueran tan fluidas.
– La época victoriana, con toda su dureza y crueldad, sigue generando fascinación.
– Yo no creo que fuera una época dura y cruel y nada más que eso. Es una época cruel, pero también es una época de enormes reformas políticas. La mayoría de los derechos que damos por sentados se establecieron en el siglo XIX, tanto en España como en Inglaterra. De nuestra época también mis nietos podrán decirme lo mismo: 'Teníais esclavos contratados fabricando ropa en Bangladesh o iPhones en China, colapso ambiental, muchas guerras… Y tú te sentabas a hacer entrevistas literarias'. Todo esto es lo de siempre, los tiempos son siempre complicados.
– La protagonista, Eliza Touchet, puede parecer una mujer adelantada a su tiempo.
– ¿Se adelantó a su tiempo? Yo creo que decir esto tiene que ver un poco con el narcisismo del presente. Porque hubo muchas mujeres en el siglo XIX que lucharon por la abolición de la esclavitud, por los derechos de las mujeres o por las leyes laborales. Y eran mujeres exactamente de su tiempo. Así que Eliza Touchet no es un anacronismo. Si se hubiera adelantado a su tiempo se habría llamado a sí misma bisexual o habría dicho que tenía una relación poliamorosa. Ella no usa ese lenguaje. Hace todas esas cosas porque es un ser humano, pero no usa el lenguaje que usamos ahora. Así que, sin duda, es una mujer de su tiempo.
– Otro punto de 'La impostura' es el colonialismo y la esclavitud. ¿Debe revisarse la Historia sobre estas grandes cuestiones?
– La Historia no necesita ser revisada, solo es necesario contarla en su totalidad. No es una cuestión de reescribirla, sino que la cuestión es decir la verdad.
– ¿Y esa verdad no es debatible? ¿Hay una verdad absoluta?
– No hay debate sobre la verdad. Hay hechos. Es como el Holocausto, no es un debate.
– España asiste a una intensa controversia en las relaciones con México debido a la petición de perdón por la conquista.
– A mí no me interesan las disculpas, me interesa el dinero. Se puede pedir perdón, no está de más, pero la realidad es que no estamos hablando de las mismas personas que protagonizaron estos hechos hace 500 años.
– ¿Y el dinero qué solucionaría?
– El dinero es más interesante. En el caso de Estados Unidos, las reparaciones por la esclavitud implicarían poner una enorme cantidad de dinero en educación y atención sanitaria para las personas más pobres de Estados Unidos, que son las personas negras. No es tan complicado.
– Una escritora mujer y asiática, Han Kang, acaba de ganar el Nobel de Literatura. ¿Hay un cambio de paradigma?
– Yo creo que no tiene nada que ver con el colonialismo, simplemente con que es una mujer brillante que merecía el Nobel. Y estoy muy contenta por ello. No puede ser que cada vez que nosotros, los no blancos, ganamos un Nobel esto sea una especie de triunfo del poscolonialismo. Eso significaría que solo los hombres blancos tienen el talento suficiente para ganar el Premio Nobel sin ninguna discusión sobre sus identidades. Y Kang ganó el premio porque es una gran escritora.
– Pero es un hecho que hasta hace pocas décadas era impensable una ganadora asiática. Ahí se produce un avance.
– Las personas no blancas siempre hemos estado escribiendo. Los coreanos siempre han estado escribiendo, los africanos siempre han estado escribiendo… No se trata de un cambio en nosotros, tal vez el cambio sea que Occidente ahora es consciente de ello.
– En el plano personal, 'La impostura' simboliza su regreso a Londres tras años viviendo en Nueva York. ¿Qué Inglaterra se encontró?
– He vuelto a vivir en la calle en la que nací, así que volví a un lugar muy familiar. Pero volví bajo un Gobierno conservador bastante desagradable. Pero bueno, sigue siendo mi país y todavía tengo esperanzas. Los 'tories' son un grupo ruinoso de corruptos e idiotas, pero ya no están. El problema es que el nuevo Gobierno laborista parece que no entiende lo que es ser laborista. Puede que necesitemos un nuevo partido.
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