Urgente Grandes retenciones en la A-8 y el Txorierri, sentido Cantabria, por la avería de un camión
Arturo Pérez-Reverte, fotografiado la pasada semana. efe

«No he visto a nadie morir por un ideal»

Arturo Pérez-Reverte reivindica la figura del mercenario en 'Sidi', la historia del Cid, que combatió para reyes cristianos y musulmanes

Lunes, 23 de septiembre 2019, 00:23

«Prefiero un mercenario profesional a un voluntario entusiasta. Todos somos mercenarios de algo». Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) habla del Cid, el personaje al que ha dedicado su última novela. Pero habla también de la vida en general, de las batallas con sangre real, ... con dolor físico, heridas y muerte. Y de las otras, las de la vida cotidiana. Las que no dejan cicatrices en la piel pero duelen. 'Sidi' (Ed. Alfaguara) retrata a un héroe que es la quintaesencia de sus personajes: un héroe cansado, un mercenario que combatiendo se gana el sueldo, que tiene su código de honor y respeta a sus enemigos y a su rey, aunque lo haya desterrado; que se gana el aprecio de su gente hasta el extremo de que morirían por él.

Publicidad

«Se me ocurrió escribir esta novela viendo una película de John Ford», explica en conversación con este periódico. «Me pregunté cómo contaría él la historia de nuestra frontera, de nuestros apaches. La idea del relato es contar cómo, tras el destierro, comienza a buscarse la vida hasta convertirse en leyenda». A partir de ahí, tomando algunas licencias históricas -aunque hay no poca controversia respecto de un personaje en el que pesa más la tradición literaria que la biografía estricta- ha llevado al personaje a su terreno.

«Tenía que darle una mirada 'revertiana', como hago en todas las novelas. Y cuando destaco la lealtad de quien, habiendo sido desterrado, se niega a combatir a su rey e incluso reserva para él una parte del botín conseguido, quiero subrayar que no es leal por ideología ni por nobleza. Cuando uno está desterrado, necesita referencias para darse dignidad a sí mismo. Esa la clave».

«El franquismo contaminó la Historia con una épica de trompetas imperiales y la democracia no limpió eso»

Es la lealtad de un mercenario. Un soldado que se ofrece -él y quienes lo siguen- a quien desee contratarlo. Lo mismo un rey cristiano que uno musulmán. «Los mercenarios tienen muy mala fama porque la gente habla de cosas que no conoce bien. Cuando llegan los malos momentos, se necesita a alguien eficaz, no a un cantamañas. Y un mercenario profesional lo es». El peligro mayor está en quienes actúan movidos por las ideas. En ese momento, se puede esperar lo peor, menos que los idealistas entreguen su vida por la causa. «He visto morir gente por muchas razones. Por miedo, hambre, necesidad, odio, rencor, por solidaridad. Por mil cosas. Pero nunca a nadie por un ideal», comenta tajante.

Publicidad

Lejos de la política actual

El fondo histórico, en el que los reyes cristianos de la península luchan entre sí aliándose a veces con los musulmanes, que también combaten entre ellos, puede parecer una metáfora de la vida política de hoy mismo. «Eso no es asunto mío. He intentado por todos los medios que no se relacione ese mundo con la realidad española actual», asegura. Otra cosa es que la novela trate sobre un personaje impopular en muchos ambientes hasta el extremo de que reivindicar su figura lleve a recibir acusaciones de todo tipo. De fascista, principalmente. «La razón está en que el franquismo contaminó la Historia con una épica de trompetas imperiales. Al Cid le pusieron una camisa azul. Luego llegó la democracia y, en vez de limpiar todo eso, lo echó a la basura y lo dejó como patrimonio de la derecha más rancia».

«Cuando llegan los malos momentos necesitas a alguien eficaz, y un mercenario lo es»

Rodrigo Díaz de Vivar no es la única víctima de esa falsificación. «Ocurre con otras muchas figuras», dice el autor de la serie Alatriste. Y con acontecimientos como la conquista de América, «la mayor gesta de la Historia. Para lo bueno y para lo malo. Es una de las grandes tragedias que España acarrea». Otra es la incapacidad para contar los episodios más épicos del pasado en forma de narración audiovisual, algo tan común en Reino Unido, Francia o EE UU.

Publicidad

No es casualidad que en los años sesenta se rodara un filme sobre el Cid en España pero para una producción italoestadounidense, con actores extranjeros y la dirección de Anthony Mann. Una película que a Martin Scorsese le entusiasma y a Pérez-Reverte le parece muy buena, «aunque con un buen puñado de inexactitudes históricas. Pero era preferible eso a que se hubiese hecho aquí en lo más duro del franquismo. ¿Alguien puede imaginar un 'Cid' español rodado en 1945?».

Se lo pregunta quien se define como «un contador de historias sin un objetivo moral. No quiero mejorar nada». Ahora bien, si el libro sirviera para reavivar el interés por la lectura del 'Cantar de Mio Cid', como ya sucedió con el siglo XVII a raíz de la serie 'Alatriste, se sentiría satisfecho. Mientras, trabaja ya en el próximo libro y confiesa que es «un novelista feliz». Un novelista que trabaja «ocho horas diarias. Esta es mi única actividad».

Publicidad

Por eso no debe sorprender a nadie que haya publicado cuatro libros en 22 meses. «Es así en cuanto a las fechas de salida a la calle, pero es algo falso en cuanto a la producción de esas novelas. Los dos últimos 'falcós' en realidad formaban con el primero una sola novela, aunque fuera de mil páginas. 'Los perros duros no bailan' lo escribí en un mes. Ya tengo mucha experiencia y sé que hay libros que van más rápido, como los de Falcó, y otros que me han costado más, como 'El tango de la guardia vieja'». El Cid de Pérez-Reverte, 'Sidi', cabalga en los escaparates de las librerías.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad