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Ernest Hemingway y Lauren Bacall se miran en la entrada del Hotel Carlton en 1959 en compañía de dos amigos.
Las tres veces que la KGB trató de seducir a Hemingway

Las tres veces que la KGB trató de seducir a Hemingway

El profesor de la Universidad de Utah Frederick White expone su investigación sobre la relación entre la URSS y el escritor en el hotel Carlton de Bilbao. Allí, donde fue fotografiado junto a Lauren Bacall, 300 expertos de 20 países debaten sobre su figura

Sábado, 20 de julio 2024, 07:21

Hemingway se convirtió en una figura tan omnipresente en la URSS que su foto con barba blanca y suéter de cuello alto estaba en muchos apartamentos soviéticos en las décadas de 1960 y 70», dice Frederick White, profesor de estudios rusos de la Universidad Utah Valley, que ha dedicado años a investigar la relación entre el escritor y el bloque comunista. Unas 300 personas, entre ponentes y asistentes, de 20 países llegaron el jueves a Bilbao después de pasar por San Sebastián dentro del XX Congreso Bienal organizado por la Hemingway Society. Ha recalado en Euskadi gracias a la colaboración de la Agencia Vasca de Turismo, Basquetour, bajo el lema 'Ernest Hemingway y Euskal Herria'. Entre ponencia y ponencia, la comitiva visitó el frontón del Deportivo para disfrutar de una exhibición organizada por Jai Alai Events de la cesta punta que tanto interesó al autor. Ayer asistieron a la conferencia del profesor White.

El profesor Frederick White (derecha) ofrece su ponencia en el salón Imperial del Hotel Carlton. Jordi Alemany

«Cuando era adolescente –explica–, leí mucho a Hemingway, y aunque en la universidad me interesé más por la literatura rusa, siguió siendo uno de mis escritores favoritos». Ya como profesor, inició una investigación para un artículo sobre lo popular que era el literato en la URSS. «Pero pronto se convirtió en el libro de 600 páginas que está a punto de salir, acerca de cómo este hombre influyó en la cultura, la política, la sociedad soviéticas. Hubo un gran esfuerzo gubernamental para lograr que Hemingway apoyara a la URSS por razones propagandísticas. ¡Durante más de 30 años trataron de apropiarse de él!».

'Hemingway y Duñabeitia'. Cuadro de 1957 de José María de Ucelay en el Museo de Bellas Artes.

– Dice que fueron tres las veces que la URSS lo intentó.

– La primera vez fue en la década de 1930. El gobierno soviético todavía no era completamente 'legítimo' a los ojos del mundo al ser fruto de una revolución, por lo que Stalin y los suyos recurrieron a los intelectuales occidentales para legitimar el comunismo. Hemingway no era comunista, pero cuando comenzó la Guerra Civil en España apoyó a la República, lo que dio a los soviéticos su primera oportunidad de acercarse.

– ¿Cómo?

– De varias maneras, incluso también a través del reportero soviético Roman Karmen, que estuvo con él rodando en las trincheras republicanas como parte del esfuerzo propagandístico por visualizar la solidaridad soviética con la España republicana. Pasó varias noches con él en su habitación del hotel Florida, siempre llena de militares, botellas y naranjas. Cuando había demasiado humo abrían las ventanas y llegaba el sonido de los disparos desde el frente. Karmen le preguntó en una de esas ocasiones si planeaba ir a la URSS, y él le contestó que soñaba con ello porque le habían dicho que había buenos ríos para pescar truchas.

– ¿Por qué falló?

– En aquella primera intentona, quien estuvo a punto de conseguirlo fue Mikhail Koltsov, periodista del diario 'Pravda' que informaba directamente a Stalin; dio a Hemingway acceso a la información en España a la vez que controlaba esa información para favorecer la versión soviética de los acontecimientos. Esperaban que escribiera una novela que glorificara sus esfuerzos, pero quedaron descontentos con 'Por quién doblan las campanas' (1940), al ser crítica con las figuras de Andrei Marty y La Pasionaria. Dejaron de publicar sus obras.

Roman Karmen, Ernest Hemingway y Joris Ivens en las trincheras republicanas en 1936, rodando imágenes de la Guerra Civil. Album

– ¿Cómo fue el segundo intento?

– En la década de 1940, él acepta de alguna manera 'ayudar' a los soviéticos. Le asignan un nombre en clave, 'Argo', y se reúne con agentes soviéticos en La Habana y Londres, pero nunca les proporcionó información.

«Querían una foto suya pescando salmón en Kola, cazando osos en el lago Baikal o brindando con vodka por Kruschev»

Frederick White

– ¿Espió para la KGB?

– La palabra espía puede significar cosas diferentes. Pero no. Si te refieres a encontrar información clasificada y transmitirla, no. Hemingway era básicamente una voz occidental en apoyo de la República. Hizo la película 'La Tierra Española', produjo la obra de teatro 'La Quinta Columna' y escribió artículos periodísticos positivos sobre la posición de la URSS con España. Así, volvieron a publicar sus libros. Su expediente de la NKVD, precursor de la KGB, dice que no proporcionó ninguna información valiosa. Hay que destacar también que la caza de brujas de McCarthy estaba en pleno apogeo, con lo que Hemingway habría sido cauteloso a la hora de seguir reuniéndose con la NKVD.

Hemingway con Fidel Castro.

– Tampoco fue a la tercera.

– En 1960, Anastas Mikoian, viceprimer ministro soviético, viaja a La Habana, y en su séquito estaba el periodista Genrikh Borovik, que trabajaba para la KGB. Borovik conoce a Hemingway y se queda en Cuba. ¿Cuál era su plan? Hemingway quería recibir derechos de autor por los libros publicados en la URSS, así que Borovik le promete que podrá conseguirle ese dinero, pero le invita a ir a la URSS para cobrarlo. Y a cazar y pescar. Esto habría sido un buen golpe de propaganda de la Guerra Fría ¡Una fotografía de Hemingway pescando salmón en la península de Kola o cazando osos en el lago Baikal! También visitaría Moscú y Leningrado para veladas literarias, los fotógrafos le captarían levantando un vaso de vodka para brindar por Kruschev... Sería aclamado como un héroe, un amigo de la URSS. Su colega Karmen le escribió en 1959 por su cumpleaños hablándole así: «Probablemente ni siquiera sospeches cómo la gente ama a Hemingway en la URSS».

– Pero el suicidio del escritor en 1961 frustró todos los planes...

– Borovik no podía creerlo. ¿Y qué hizo? Cultivar la amistad con su viuda, Mary Hemingway. Y logró que ella viajara a la URSS en 1968. Sin embargo, los vientos políticos habían cambiado y el gobierno liberal de Kruschev había sido reemplazado por el conservador de Breznev, con lo que no se habló demasiado de la visita de Mary, quedando diluido el poder propagandístico de este logro. Pese a todo, el escritor siguió siendo un icono cultural hasta el colapso de la URSS estrenados los 90.

Hemingway y el pelotari Ermua, en La Habana.

«Un esfuerzo varonil llevado al máximo»

«El Jai-Alai es muy bonito, es mi espectáculo predilecto. En él encuentro una constante emoción, un esfuerzo varonil llevado al máximo. Es rápido, vistoso, alegre y encierra además mucho peligro para los que lo practican. Es un gran deporte», dijo el escritor cuando fue preguntado en Cuba por el pelotari Félix Areitio, Ermua, que trabajaba en esos momentos para la revista mexicana 'Cancha'. Contó también el recuerdo que guardaba de un momento impactante para él, el grave pelotazo recibido por Tarzán Ibarlucea en 'El Palacio de los Gritos', como llaman al Jai alai de La Habana, en Cuba: «He visto en mi vida muchas personas con heridas de muerte, pero el accidente que sufrió Ibarlucea expuso ante mis ojos un caso de valor y serenidad que jamás pude soñar. No hacía media hora que había estado conversando con él. Me senté a ver el partido y estuve muy contento ante el formidable esfuerzo que estaban desarrollando los cuatro contendientes. De repente, Guillermo, que era un formidable jugador, encestó en difícil postura y tuvo la mala suerte de pegar a Ibarlucea en la cabeza».

Continúa explicando el tremendo accidente con todo detalle: «La pelota iba muy rápida, sonó diferente, seca, glacial, como un portazo, pero Ibarlucea no cayó. ¡Qué fortaleza! Parecía imposible que pudiera mantenerse en pie. Por su blanca camisa comenzaron a desparramarse rojos claveles. Su rostro era completamente carmesí. Estaba bañado en sangre y en pie se mantenía. Se acercaron corriendo los demás pelotaris y jueces de cancha y lo llevaron por su propio pie a la enfermería. Yo asustado, también corrí a la sala de curas y cuando llegué me quedé admirado de que el accidentado me recibiera con una triste sonrisa. Me dio la mano y... se desplomó. Pasó tres días sin conocimiento, se moría. Se iba en pleno vigor, poderoso en fuerza y juventud. Le hicieron dos trepanaciones y la ciencia hizo el milagro de volverlo a la vida».

Participantes en la vigésima Conferencia Bienal Internacional sobre Hemingway prueban una cesta en el frontón del Deportivo de Bilbao, como parte de una exhibición organizada por Jai Alai Events. MIreya López

El joven historiador vasco detrás de la organización del congreso

Iñaki Sagarna.

Si este XX congreso de la Sociedad Hemingway se ha celebrado en el País Vasco y no en cualquier otro lugar del mundo (pugnaba con Italia) es en buena parte gracias a Iñaki Sagarna, un historiador de 29 años natural de Deba que hace cinco se encontraba estudiando en Idaho (EE UU). Se enteró de que ofrecían una beca dedicada a Hemingway y le pareció tan buena idea que empezó a interesarse por el escritor, al que no había leído nunca, «más que nada por hacer la entrevista de manera aceptable». Conseguida la plaza, vio que había un tema que no estaba muy estudiado: «Hemingway y los vascos, y me lancé a eso. Yo estaba alojado en una habitación en la casa de una mujer con antecedentes vascos. Y mi jefa me trajo las memorias de un tal Joe Laragan y me encargó averiguar quién era y encontrar una carta que supuestamente le había mandado Hemingway. Y cuando llego a casa y pregunto a mi casera si por casualidad conocía a Joe Laragan... De repente me dice '¡Es mi padre!' Pues me enseñó la carta y ahí empezó todo«.

Comenzó a buscar las relaciones entre el escritor y Euskadi: «Dos monaguillos de la misa de su funeral eran de origen vasco, y también la mujer que escondió su cuerpo para que no le sacaran fotos». Sobre estos temas dio una conferencia que escuchó un miembro de la Hemingway Society, que, muy interesado, le propuso organizar el congreso aquí. «Pedimos ayuda institucional y la conseguimos de Basquetour. Competíamos contra la candidatura de Génova y Rapallo, y ganamos. Lo hemos programado en el Hotel Carlton porque Hemingway estuvo aquí, ahí está la foto con Lauren Bacall». Sagarna es profesor de Secundaria en Baztan, pero ya está trabajando para celebrar los 100 años del escritor estadounidense en Irati, «donde hay una fuente que lleva su nombre y pondremos una placa».

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