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Isaac Leroux Ebelle, camerunés asentado en Gernika, puso la voz y Pascual Perea, bilbaíno, las manos para escribir su historia. La suya es una amistad ... forjada sobre las páginas de un libro además de la suma de dos culturas. Así, y tras muchas conversaciones grabadas, nació la obra 'Una luz en el desierto', que narra en primera persona el tránsito de Ebelle, cuando tenía 22 años, desde la parte subsahariana del continente africano hasta España en busca de una vida mejor. Dejaba atrás una novia embarazada y un porvenir sin esperanza para aventurarse con sus ahorros en la denominada «ruta ilegal de los inmigrantes».
Fronteras, desierto, vejaciones, violaciones, mafias, cayucos, alambradas, campamentos de refugiados, deportaciones, corrupción, «la maldad en estado puro y también la solidaridad más generosa». Eso fue lo que vivió tres años. Ebelle partió desde Duala, Camerún, cruzó a Nigeria, país vecino, se adentró en Níger, también conocido como las puertas del infierno hacia el desierto y anduvo, esquivando la tenebrosidad de la noche y la normalidad de los cadáveres, cubiertos por la arena, que adelantaban la mortalidad de su camino: «El desierto cruel estaba haciendo su selección», relata a lo largo de este libro, un relato duro al tiempo que repleto de sensibilidad.
En Nigeria se enamoró de la exquisitez del yam, en Argelia conoció a más cameruneses que en su país natal y en Marruecos descubrió que el racismo persistía dentro del propio continente; «tú, afric», «tú, chico moreno». En estas páginas todo es impactante para una persona occidental.
Sobre el origen de este mano a mano, Perea explica: «Estas historias están ahí y casi nadie las conoce. Viendo a uno de estos emigrantes vendiendo paraguas de bar en bar pensé, ¿qué vivencias guardará este hombre en su mochila? En ese momento decidí escribir este libro. Ahora he visto que si yo, europeo, cruzo África, soy un Livingstone, pero que el que viene desde allí hasta aquí es un pobre hombre cuya historia no se cuenta, cuando la gesta es la misma, ¿no? Estamos abocados a mezclarnos, sin embargo, esto está tardando más de lo que debería en fraguar», reflexiona.
Pascual Perea ha desarrollado una dilatada trayectoria periodística en EL CORREO. Tras 'Una luz en el desierto' prepara una novela con tintes de thriller. «Interesante», observa Isaac Ebelle, mientras comparten mesa en una cafetería de Bilbao.
Ebelle tiene hoy la tranquilidad de vivir sin pensar en los papeles aunque carece de un trabajo estable. Cuenta que en su país natal era gerente de una gasolinera y que en Bilbao estuvo siete años como dependiente en una tienda de música. Aquí fundó la Asociación de Inmigrantes de Camerún en Bizkaia y hasta hace un mes presidía la Federación de Asociaciones de Inmigrantes, ahora es su secretario. Tiene formación en limpieza industrial y hace bolos como reputado cantante de makossa, música popular en Camerún.
Porque resultó que, tras atravesar mil penurias, aún debía descubrir la dejadez que sufren muchos inmigrantes y cómo son utilizados al llegar a su ansiada meta. «Empieza otra odisea. Yo ya sabía que el dinero no cae del cielo en Europa y que debía aceptar los trabajos que nadie más quiere. Pero descubres que no puedes hacerlo. La Ley de Extranjería exige pasar tres años sin hacer nada, de no poder mandar dinero a tu familia», denuncia.
La epopeya de un camerunés que se atrevió a perseguir el sueño de una vida mejor. Ed. Baile del Sol. 218 páginas.
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