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El que se presentó ayer en Bilbao no es el primer libro que se publica con textos de Blas de Otero traducidos al euskera, aquella lengua que le robaron al nacer, como dejó escrito el poeta bilbaíno, pero casi casi. Para ser un escritor tan ... reconocido y un defensor de la lengua vasca aunque, como decía en el poema 'Euskera egin dezagun' en 1968, le habían «dado el cambiazo» y no podía expresarse en el idioma de sus antepasados, poca cosa traducida había. Cuatro décadas después de su muerte, esa «deuda» empieza a ser pagada con la publicación de la antología 'Blas de Otero. Una letra impagada/Ordaindu gabeko letra' (El Gallo de Oro), que contiene poemas en el original en castellano y las traducciones de algunos de «los mejores» poetas euskaldunes en activo. También fotografías del archivo de la fundación que lleva su nombre y gestiona su legado.
Cada uno de los once escritores vivos -hay un poema traducido por otro histórico de la literatura vasca, Gabriel Aresti- ha elegido el texto con el que se siente más identificado y se ha encargado de traducirlo al euskera, algo con lo que el autor bilbaíno soñó desde siempre. Ahora es una realidad gracias a la colaboración de Luigi Anselmi, Joseba Sarrionandia, Miren Agur Meabe, Felipe Juaristi, Leire Bilbao, Kirmen Uribe, Beatriz Chivite, Gerardo Markuleta, Harkaitz Cano, Haritz Gorrotxategi y Bernardo Atxaga.
Esta «nueva y novedosa antología oteriana», como la define el alcalde, Juan Mari Aburto, responde por fin a la petición del poeta en 'Euskera egin dezagun': «Yo reclamo una letra impagada», escribió en el poema dedicado a Lourdes Iriondo en referencia a esa otra lengua que no pudo heredar pero siempre tuvo presente. «No consiguió cobrarse la letra en vida, ahora quitamos esa deuda», dijo ayer el presidente de Euskaltzaindia, Andrés Urrutia, que colabora en el proyecto junto a la Fundación Blas de Otero y el Ayuntamiento. Hace unos años tradujo él mismo la obra de poesía en prosa 'Historias fingidas y verdaderas'. Hoy el contexto político, social y lingüístico es muy diferente, pero Urrutia aseguró que «esto no nos exime de seguir en el compromiso con la lengua, la literatura y la cultura vascas». A la presentación del libro se unió ayer por la tarde, en Bidebarrieta, una lectura de poemas a cargo de Amaia Gabantxo, José Fernández de la Sota y Bernardo Atxaga.
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