Olga Tokarczuk, entre el humor y las amenazas de la extrema derecha

A la concesión del Nobel se suma la carambola de que Anagrama ya tiene lista su última novela, 'Los errantes', que saldrá el 6 de noviembre. Es el sueño de cualquier editorial, comprar los derechos y tener a punto un libro de un escritor poco antes que la Academia Sueca haga público su veredicto.

De nuevo la conexión 'british' de Anagrama ha vuelto a funcionar, ya que esa novela fue ganadora del prestigisoso premio Man Booker International en el Reino Unido. Pero no es la única casa editora que puede alegrarse del Nobel. En Siruela también están de fiesta. Publicaron en 2016 el thriller 'Sobre los huesos de los muertos' y pueden apuntarse el tanto de que descubrieron a esta escritora polaca como descubrieron a otra Nobel, la rumana Herta Müller.

Antes, en 2001, Lumen publicó 'Un lugar llamado antaño', la historia desde la Primera Guerra Mundial hasta la actualidad de tres generaciones de campesinos en un pequeño pueblo llamado Prawiek, un lugar situado en el centro del universo, como reza la primera frase de la novela. Nacida en el 29 de enero de 1962 en Sulechów, se graduó en la Universidad de Varsovia en Psicología y trabajó como psicoterapeuta en un centro de salud mental, antes de empezar a tener éxito y de poder vivir de la literatura.

Si en el terreno psicológico se encuadra dentro de la escuela psicoanalítica de Jung, en el literario tiene como inspiración a Chéjov, Gógol, Thomas Mann y al Poe de las historias extraordinarias. De su obra dijo el portavoz del comité del Nobel, Anders Olsson, que se fija «en las migraciones y en las transiciones culturales» y que está «llena de humor e ingenio».

«Activista, intelectual, posicionada contra el gobierno de Polonia», calificaba ayer 'The Guardian' a Tokarczuk, miembro del partido de los Verdes en su país, donde es muy conocida y tiene buenas ventas. Es la segunda polaca que gana el premio del millón de dólares (830.000 euros), después de Wisława Szymborska.

En 2014, su editora en Polonia tuvo que contratar un servicio de guardaespaldas para esta escritora, también conocida por sus posiciones feministas y ecologistas, porque la extrema derecha de su país le llamó «traidora» por criticar el pasado colonial de Polonia.