El escritor Martin Amis, uno de los más destacados novelistas ingleses en las últimas décadas del siglo XX, ha fallecido en Florida a la edad de 73 años, como consecuencia de un cáncer en el esófago, según ha informado su viuda, Isabel Fonseca, de origen ... uruguayo y también escritora. Tuvo con ella dos hijas. Tenía también dos hijos nacidos de su primer matrimonio, con la profesora estadounidense Antonia Phillips.
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Amis nació en Oxford en una familia que le predispuso para la literatura. Su padre, Kingsley Amis, era uno de los novelistas más populares entre los lectores de lengua inglesa desde la década de los cincuenta, cuando publicó «La Suerte de Jim», un retrato ácido de la vida universitaria y de las relaciones en una ciudad de provincias. Su madre, Hilary Ann Bradwell, era hija del entonces ministro de Agricultura.
La exitosa novela del padre ha sido descrita como reaccionaria, a pesar de que, en sus tiempos de estudiante había sido vigilado por los servicios de inteligencia, por ser sospechoso de tener simpatía por las ideas comunistas. Estaba impregnada por la influencia de su amigo, el poeta pesimista Philip Larkin, que ejercía como bibliotecario en la Universidad de Kingston-upon-Hull.
El hijo heredó la mirada sardónica del padre sobre su país y sobre la experiencia humana, pero ambos mantuvieron una relación tensa. El ahora fallecido afirmaba que su primera influencia literaria fue Jane Austen. Tras estudiar en la Universidad de Oxford, Martin Amis comenzó a trabajar en revistas literarias. Su primera novela, a los 26 años, 'Los Papeles de Raquel', logró como la primera de su padre el premio Somerset Maughan de ficción.
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Su padre fue identificado en los años 50 y 60 con la generación de los 'Jóvenes Airados', que renegaban del estancamiento de su país en una grisura empapada de hábitos y complacencia. El hijo perteneció a una generación que vivió su adolescencia en los tiempos de Margaret Thatcher y rechazó el optimismo creado por la nueva versión de un capitalismo vigoroso.
Amis es quizás el mejor humorista de la generación que incluye a Salman Rushdie, Julian Barnes, Ian McEwan, Graham Swift y Kazuo Ishiguro. Compartía la crítica social áspera de su amigo, Christopher Hitchens, pero, a diferencia de este, a través a la ficción. Algunos críticos consideran, sin embargo, que su mejor escritura fue la que publicó en reportajes para periódicos y revistas.
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La obra que le catapultó a la primera fila de los novelistas ingleses fue 'Dinero', cuatrocientas páginas de un retrato sarcástico de la euforia de John Self, un personaje narcisista del gremio de los publicistas, que atraviesa el mundo buscando dinero y éxito personal, sin gracia pero con debilidades vulnerables ante la pluma humorista de Amis.
'Campos de Londres', 'La Información', 'La Flecha del Tiempo', se encuentran entre las novelas de su tiempo de esplendor, pero su prolífica producción condujo inevitablemente a la publicación de novelas que no tenían la originalidad o calidad esperada. Ishiguro, un artesano de las letras más paciente, logró el Nobel, para sorpresa de los más famoso miembros de esa generación.
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El coste del tratamiento para mejorar su dentadura se convirtió en una noticia y también el extraordinario contrato que recibió, en 1995, como adelanto por 'La Información. Su impreciso retrato de Stalin en 'Koba el Temible', en el que criticaba con dureza a su padre y a amigos que habían sido comunistas, le valió una feroz crítica de Hitchens, maestro de la literatura polémica. Pero conservaron la amistad hasta el fallecimiento del polemista. La gestión fría de sus pasiones era una característica de la personalidad de Amis.
Cuando cumplió 60 años, afirmó en el Hay Festival de Segovia que temía perder el vigor mental necesario para la creación de nuevas ficciones, como habría ocurrido a autores por él admirados como Vladimir Nabokov o Saul Bellow. Produjo nuevas novelas- la última 'La viuda embarazada'- pero sin la misma repercusión y sin tan generosos contratos. Afirmaba que no leía traducciones porque le parecía que no se podía entender una obra literaria si no se comprendía el idioma original.
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