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El misterio de las escritoras que ocultan su identidad
Novela negra ·
Dos autoras que firman con pseudónimo coinciden en las librerías y comparten agenteSecciones
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Novela negra ·
Dos autoras que firman con pseudónimo coinciden en las librerías y comparten agenteCarmen Mola y Greta Alonso tienen en común que han querido -y han podido- publicar bajo pseudónimo. No sabemos quiénes se ocultan detrás de esos nombres que se dieron a conocer en 2018 (con 'La novia gitana', la primera de ellas) y este ... mismo año (con 'El cielo de tus días', la segunda) gracias a las gestiones de una misma agente literaria, Justyna Rzewuska. Greta Alonso contactó con ella precisamente porque sabía que podía conseguirle, con el de Mola como ejemplo, un contrato editorial con la condición de ocultar su identidad. Ambas -si es que solo son dos, que tras Mola bien podría haber más de una persona- apuestan por el 'thriller'. Con violencia y a buen ritmo la primera, con gran peso de las emociones en el caso de Alonso.
Prepara ya una cuarta novela del mismo género, que disfruta como lectora. «Es una buena forma de reflejar lo que no funciona en la sociedad»
A Carmen Mola, que el año pasado convirtió en best-sellers sus dos primeras novelas, la han llamado la Elena Ferrante española, pero no puede haber autoras más distintas. «Lo de compararme con ella no tiene nada que ver con lo que escribo, ni el estilo, ni los temas, ni nada», reconoce quien sigue guardando bajo siete llaves su verdadera identidad y no tiene ninguna gana de desvelarla, a pesar de que en su carrera se cuentan ya tres títulos y a más de uno le gustaría saber quién es realmente. 'La nena', en Alfaguara, es el último. Los mismos personajes, mucha sangre, poco que ver con Ferrante (de la que sí se llegó a averiguar su identidad real tras muchas investigaciones). 'Ella' se explica aquí, en una entrevista realizada por correo electrónico.
- ¿Por qué publica bajo pseudónimo?
- Era algo que tenía claro desde el primer día que me puse a escribir, incluso antes. Siempre pensé que escribiría una novela y lo haría con pseudónimo para que nadie supiera que era yo. En su momento era una locura, ahora me alegro mucho, me permite seguir haciendo mi vida pese al éxito de las novelas. ¿Se imagina la promoción que me vería obligada a hacer?
- ¿Fue difícil encontrar editorial que aceptara esa condición?
- Sé que ha supuesto algún problema para mi agente, Justyna Rzewuska. No tanto en España. aquí mi editora, María Fasce, lo aceptó casi de inmediato, sino en otros países que no querían firmar la traducción sin una autora para colaborar en la promoción. Afortunadamente, Justyna ha sabido esquivar todos esos problemas,
- ¿Cómo describe lo que escribe?
- Yo creo que escribo novela negra, pero parece que en ese mundo, para ser considerada escritora de novela negra, tendría que cumplir más requisitos que para pedir un crédito en un banco. Unos dicen que es 'thriller', otros que es policiaca, que en todo caso no es 'noir'… Demasiadas etiquetas. Son las novelas de Elena Blanco y la Brigada de Análisis de Casos.
- ¿Por qué este género, y por qué esa violencia explícita?
- Me gusta el género como lectora, aunque no es el único que me gusta. Disfruto mucho de las novelas de Pierre Lemaitre y de Juan Gómez Jurado, pero también de las de Julia Navarro y de la biografía de Woody Allen. Soy una lectora de amplio espectro. La novela negra, si convenimos en que es eso lo que hago, es una buena forma de reflejar lo que no funciona en la sociedad. En cuanto a la violencia, en la vida real la rechazo visceralmente, pero me gusta en el papel, me parece inofensiva y me divierte. Está bien que podamos enfrentarnos a nuestros miedos cuando no tienen consecuencias.
- ¿En qué momento vital están Blanco y los suyos en esta tercera entrega?
- Los personajes van evolucionando, Elena Blanco no es la misma en 'La nena' que en 'La novia gitana'. No podría serlo tras lo que ha vivido. Mi empeño es que las novelas se puedan leer de manera independiente sin problemas para entenderlas, pero que no sean estanques cerrados, que los personajes no empiecen en cada novela en el mismo punto que en la primera, como si fueran personajes de comedia que no aprenden. Quiero que alguien que lea todas las novelas de Elena Blanco, Zárate, Chesca y demás aprecie que son maleables y que evolucionan.
- Estos policías, lo hemos visto en los títulos anteriores también, a veces se saltan sus propias normas. Tienen sus dudas.
- Es lo que hablaba antes, la evolución, la adaptación a lo que se va viviendo, el aprendizaje. Elena empezó siendo muy estricta, de su relación profesional y humana con Zárate ha aprendido -o desaprendido- a relajarse en su respeto hacia las normas. En 'La nena' aparece un nuevo personaje, Reyes Rentero; estoy segura de que su peculiar forma de ser va a influir en otros como Orduño, que éste va a ver las cosas de otra forma tanto en lo profesional como en lo humano.
- «Todos queremos venganza, porque hay delitos para los que no existe más justicia que la muerte», piensa Zárate. ¿Lo cree usted?
- Yo soy la autora, yo apenas creo nada. Pongo a los personajes en situación y trato de que cada uno defienda su punto de vista. El éxito está en que dos personajes opuestos tengan razón, o pueda parecer que la tienen. Hay que intentar que tanto el policía como el ladrón se vean a sí mismos como los héroes de la historia.
- Cuando comenzó a escribir, ¿tenía en mente más de una novela? Y, ahora, ¿tiene argumentos para rato?
- Tenía en mente las dos primeras, 'La novia gitana' y 'La Red Púrpura', aunque ni siquiera sabía si sería capaz de acabar la primera. 'La nena' ya ha sido una idea posterior. Ahora mismo estoy tomando notas para una cuarta novela de la BAC; aunque todavía no tengo claro de qué tema tratará, estoy segura de que mantendrá rasgos que los lectores esperan.
Greta Alonso, que se refugia en el anonimato tras sufrir estrés, narra una investigación con crítica social. «La pobreza se hereda».
Es posible que algún día sepamos quién es en realidad la autora de una de las apuestas de Planeta para esta temporada. Poco probable, pero posible. «A corto y medio plazo, no». La protagonista de esta historia es tajante. Y eso que algún avance ya ha habido en los últimos meses: antes del confinamiento, cada vez que la editora le hablaba de la promoción de 'El cielo de tus días', a Greta Alonso (el pseudónimo con el que el libro ha llegado a librerías) le entraban los siete males. No quería ni oír hablar de entrevistas que no fueran por correo electrónico, y lo de hacer un directo en Instagram o en Facebook le parecía imposible. En el contrato con la editorial impuso la no exposición, de ninguna de las maneras. «Pero el otro día estuvimos una hora hablando en las redes, y bien. Solo se veían mis manos», explica por teléfono esta autora desconocida y novel. «Y en una entrevista hecha por teléfono para una radio ni mi madre reconoció mi voz...», se felicita.
Así es como Greta Alonso -una ingeniera nacida en la década en los años ochenta en algún lugar cerca del Cantábrico- puede explicar que lo suyo no es marketing, ni «tozudez». Hace unos años vivió un «problema muy agudo de estrés» que no pudo gestionar y eso hizo que le surgiera un miedo terrible a verse sobrepasada por algo parecido. Una promoción, la exposición pública, las idas y venidas, todo eso era desconocido para ella, y podía muy bien desembocar en un episodio similar al que describe. Por si acaso, ni lo piensa. «Me siento mal por no poder hacerlo, pero es una decisión motivada. No puedo. Los lectores lo han entendido. Alguno ya me ha escrito en las redes que a la gente no le importa quién soy yo, sino qué escribo».
Lo que ha escrito es una novela negra que trascurre entre Bilbao, el escenario de origen de los dos inspectores protagonistas y de muchos de los personajes, y Madrid, y en la que ha introducido «mucha» crítica. La investigación sobre un crimen de hace 15 años que llevan a cabo Brul y Herreros le sirve para plantear cuestiones de clase, sobre si en condiciones de pobreza existe la verdadera libertad y también sobre los ritmos de vida actuales. O actuales hasta antes del Covid-19, claro.
Sobre la última idea, Alonso cree que «nos exigimos tanto a nosotros mismos, cada vez más y en todos los ámbitos de la vida, que eso termina pasándonos factura. Queremos controlarlo todo, somos exigentes, tenemos que gustar siempre y no toleramos la frustración ni el fracaso», asegura. «Lo veo todos los días y quería mostrarlo. No somos superhéroes, somos humanos y hay que asumirlo».
Pero es, seguramente, la primera de las cuestiones la que más presente está en la trama de 'El cielo de tus días'. «La pobreza, como la riqueza, se hereda», le dice Brul a su futuro suegro. Él proviene de un entorno de clase baja, mientras que el suegro tiene un buen patrimonio. La víctima del crimen que investiga, que fue su novia, lo pasó aun peor en su infancia. «Siempre me he preguntado cuántas personas no pueden llegar a desarrollar sus capacidades porque han nacido en la pobreza. Alicia, la víctima, intenta salir del agujero pero no puede. ¿Somos libres de verdad si las condiciones no nos permiten elegir?».
Puede que solo nueve personas -aparte de la gente de la editorial- sepan quién es Greta Alonso, la de 'El cielo de tus días', pero al menos los lectores ya pueden saber qué escribe, sea quien sea.
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