Vicente Molina Foix ante la Biblioteca Foral, escenario de las charlas que se difunden por streaming. manu cecilio

Lecciones para resistir en el mundo editorial

Las jornadas organizadas por la Asociación de Escritores de Euskadi aportan claves del complejo panorama que ha creado la pandemia

Viernes, 11 de septiembre 2020, 00:12

Las jornadas que organiza desde hace siete años la Asociación de Escritores de Euskadi para tomar el pulso al mundo editorial han cobrado un nuevo sentido. Los expertos que participan ayer y hoy en las charlas que se siguen por streaming buscan argumentos para escribir ... un manual de resistencia. La pandemia hace estragos y también deja enseñanzas. Lo primero que han aprendido es que hace falta unidad «en toda la cadena de valor del libro. Hay que trabajar en común, llegar a acuerdos con el gobierno que toque y firmar convenios», afirmó Joxemari Sors, cofundador del grupo Elkar, en un encuentro con Kepa Torrealdai, presidente de la Federación de Librerías de Euskadi.

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Tras el cierre forzoso han sentido el apoyo de los lectores y «se está vendiendo más narrativa que el año pasado». Calculan que cerrarán este aciago 2020 con pérdidas «en torno al 20%», y siguen rodeados de incertidumbre. El euskera sufre más «porque el universo es más pequeño, se nota en las tiradas y en las rentabilidades. Si en castellano la media es de 3.500 ejemplares y en francés de 6.000 o 7.000, en euskera oscila entre 1.000 y 1.200. Podría entrar en una vía sin retorno porque sería comparativamente mucho más caro que publicar en castellano». Sors destacó que el sector editorial vive «una recesión callada, porque no es conflictivo ni hace huelgas» desde 2008, debido a la crisis y los cambios en el consumo cultural. Ha llegado debilitado a la emergencia sanitaria, un panorama complejo en el que los expertos apuntan algunas claves.

Tecnología

El 'reset' digital

«Hemos aprendido a cuidar más las páginas web, a tenerlas más actualizadas y más potentes», asume Torrealdai. La plataforma Todostuslibros.com «antes era de consulta y ahora es de venta». Javier Celaya -socio fundador de Dosdoce, que hoy participa en las jornadas- cree que las librerías van a dar un impulso al comercio electrónico y a fórmulas mixtas con recogida en tienda. El «formato híbrido» se extiende a la lectura en papel y en digital y a los eventos que se siguen también por streaming, abiertos «a miles de personas». La tecnología inspiraba «muchos recelos, pensaban que iba a canibalizar el papel, pero afortunadadamente han entendido que lo digital suma, permite llegar a más lectores». Pone como ejemplo la editorial Blackie Books, que mima los libros «con una idea muy romántica» del oficio. «Era reticente, pero durante la pandemia ha lanzado algunos títulos en formato digital».

Apoyo fiscal y en alquileres

Ajuste de precios

Con la crisis en la que estamos sumidos, «un libro de 20 o 25 euros se convierte en un artículo de lujo para muchas familias, equivale a tres meses de suscripción a Netflix», afirma Celaya. La rebaja ha empezado en los digitales, «acercándose al mercado anglosajón. 8,99, 9,99... En papel, a principios del año que viene no me extrañaría encontrar novedades por menos de 20 euros». Para que salgan las cuentas la Administración debe poner de su parte y seguir el ejemplo de países como Francia «con medidas fiscales y ayudas para el pago de alquileres en calles comerciales, valorando el hecho cultural». También es importante «que las instituciones compren sus fondos en las librerías de barrio».

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Menos publicaciones

Romper la burbuja

Antes de pararse en seco, la maquinaria editorial iba al galope. «Todo el mundo veía que el ritmo de publicaciones era excesivo, pero no se hacía nada». Ahora las editoriales «seleccionan más lo que publican y lo miman, esa es la labor de un editor», apunta el consultor. Eso tiene un lado bueno pero resulta «contraproducente para los nuevos talentos. Las firmas apuestan a caballo ganador y a los recién llegados, que nunca lo han tenido fácil, les va a costar más».

A por nuevos lectores

Deberes para la escuela

Para escribir el futuro hay que remontarse al primer capítulo, la escuela. «Están desapareciendo las bibliotecas escolares y eso es un grave error», criticó Sors. «Incluso hay comunidades donde los profesores no pueden recomendar lecturas porque supondría un coste extra y no entra en el presupuesto». En su opinión no debe haber competencia entre libros de texto y literatura «porque el currículo necesita todos esos elementos. Estamos engañando a la sociedad».

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