La autora canadiense Margaret Atwood. El autor británico Ian McEwan. reuters | efe

'Hackers' intentan robar textos sin publicar de Margaret Atwood e Ian McEwan

Mandaron correos electrónicos a los autores haciéndose pasar por sus editores para que les adelantasen el contenido de sus obras aún sin terminar

Jueves, 24 de diciembre 2020, 00:10

«Hola, Cynthia. Me encanta lo que me has mandado y estoy impaciente por saber lo que les pasará a Flora, Julian y Margot. Me ... dijiste que tendrías una versión avanzada de la novela hacia estas fechas». La escritora Cynthia D'Aprix Sweeney recibió este correo electrónico de alguien que estaba suplantando a su editor, Henry Dunow. Después de haber triunfado con su primera obra, había vendido la segunda presentando un borrador, como suele hacerse con libros precedidos por sus expectativas o por la fama del autor.

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La escritora estadounidense sospechó y le reenvió el correo a Dunow. Algo raro estaba pasando. Los 'hackers' continuaron insistiendo, pero el texto se quedó en su ordenador. No todos han sido tan cautos. Grandes nombres como Margaret Atwood e Ian McEwan también sufrieron estas tretas, aunque no ha transcendido si cayeron en ellas o no. Lo mismo ha sucedido con otros autores de perfil minoritario cuyos manuscritos, como objetos, no tienen valor.

Las investigaciones por la 'deep web', por las profundidades de internet conectadas con los negocios turbios, no han dado resultado y nadie sabe exactamente qué está pasando.

El 'phising' literario lleva corriendo por las pantallas desde hace por lo menos tres años, según 'The New York Times', en países como Estados Unidos, Suecia, Italia y Taiwán. Se supone que los piratas están en contacto con el mundo editorial. Conocen las abreviaturas que se utilizan -'ms' por 'manuscript', por ejemplo- y están al tanto de las noticias que aparecen en los boletines profesionales.

Los ciberdelincuentes literarios llevan unos tres años operando en EE UU, Suecia e Italia

delito

Adelantarse al competidor

A principios de este mes, la web 'Publishers Marketplace' anunció que la editorial Little Brown publicaría 'Re-Entry', novela de James Hannaham sobre una mujer transgénero que sale de la cárcel con la condicional. El autor recibió un mail supuestamente de su editor. Le envió lo que había escrito hasta ese momento, no sabe adónde porque no era él quien se lo había pedido.

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El escritor de novela negra Jo Nesbø, el actor Ethan Hwake y Dylan Farrow, hija de Mia Farrow y Woody Allen -al que denunció por abusos sexuales-, han sido asimismo víctimas de estos ciberdelincuentes. A falta de que se descubra a los culpables, la hipótesis más razonable señala a los ojeadores '('scouts') como los únicos que se podrían beneficiar de estos robos.

Se encargan de avisar a editores de otros países de los libros que están pegando fuerte en los suyos para contratarlos cuanto antes y a mejor precio que si las novelas han alcanzado ya un buen nivel de ventas. Estos ojeadores tratarían de ofrecer a sus clientes una información exclusiva y por ello valiosa. Pero esto es sólo una hipótesis. Quizá un autor de novela negra podría ayudar a la policía a resolver el caso.

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