La XXIV edición de los Premios Euskadi de Literatura no solo se recordará por ser el año de la pandemia, que nos hace sentir aún con mayor intensidad lo importante que es tener un libro cerca. También marca un hito por la amplia mayoría de ... mujeres premiadas, en cinco de las siete categorías. La ganadora en literatura en castellano, Aixa de la Cruz, puso cifras a esta realidad y recordó que entre 1989 y 2019 «solo tres autoras han ganado en euskera y cinco en castellano».
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Lo descubrió al revisar la nómina de autores galardonados, en la que encontró nombres que forman parte de su «canon personal» -como Jon Bilbao y Eider Rodriguez- y «ausencias muy notables». Citó a algunas de las escritoras que le gustaría ver en próximas ediciones -Katixa Agirre, Txani Rodríguez, Danele Sarriugarte- antes de hablar de 'Cambiar de idea', que surge «de un trauma colectivo». De la experiencia «de mujeres cercanas y queridas» víctimas de abusos sexuales «que hasta 2017 -el año del #MeToo- ni se habían dado cuenta de que lo habían sido». Les dedicó a ellas el premio «por permitirme hacerme mayor a través de la escritura. Con esta obra he aprendido el valor del testimonio», dijo. «No tenía dinero para ir al terapeuta, me puse a escribir y salió una novela política».
Karmele Jaio es la ganadora en literatura en euskera con 'Aitaren etxea', una novela que pone de relieve las contradicciones con las que vivimos en la pareja, la familia y la sociedad. «La vida no sigue la lógica del 'sí o no', 'conmigo o contra mí'», afirmó la autora, que citó a Rafael Berrio y mencionó en sus dedicatorias a «las mujeres que escriben». De cada obra premiada se leyeron fragmentos acompañados de música en directo, interpretada por el violoncelista Pello Ramirez.
El consejero de Cultura y Política Lingüística, Bingen Zupiria, explicó que barajaron la posibilida de suspender la entrega de los premios «por la delicada situación sanitaria», pero «la convivencia con el virus pide cierta normalidad. En Euskadi se puede practicar la cultura de forma segura y hemos trabajado en ello desde el 1 de junio», apostilló. Destacó que «es un buen momento para recordar que la creación no es gratuita» y animó a «defender, garantizar, reconocer, velar y pagar» los derechos de autor.
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Las mejores obras de ensayo son 'Kontrako eztarritik', en la que Uxue Alberdi -que entonó unos bertsos al recoger el premio- nos invita a ponernos en la piel de las mujeres bertsolaris, y 'Larga vida a la socialdemocracia', de Borja Barragué. El autor habló con emoción de la «heterodoxia» de su padre, que le enseñó a disfrutar de la cultura y puso una canasta en casa para que jugara mientras hacía los deberes.
Idoia Santamaria recogió el premio a la mejor traducción por 'Aldibereko', de Ingeborg Bachmann, y Miren Asiain el de ilustración por 'Un millón de ostras en lo alto de la montaña'. Iñigo Astiz ganó en literatura infantil y juvenil con «la risa gamberra» que provoca 'Joemak eta polasak' y en su discurso deleitó al público con divertidos juegos de palabras.
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