Pedro Ugarte, en el hotel Ercilla, con motivo de la presentación de su libro de cuentos 'Un lugar mejor'. Ignacio Pérez

«La esperanza no goza de buena reputación en la literatura»

Pedro Ugarte presenta 'Un lugar mejor', un libro de cuentos que reivindica los finales abiertos y la búsqueda constante sin luz al final del túnel

Sábado, 9 de noviembre 2024, 01:21

Después de retomar la poesía con 'Las cosas de este mundo', vuelve al cuento con 'Un lugar mejor'. Más allá del género o la estructura, salta a la vista que Pedro Ugarte (Bilbao, 1963) tiene una mirada que busca y rastrea en los espacios más ... cercanos. Su mundo es de este reino, no le espera en los cielos ni en las utopías. Sus obsesiones o temas fetiche siempre han sido los mismos: familia, amigos, relaciones laborales y... la búsqueda de la felicidad, «aunque lógicamente todo se va aquilatando con el tiempo, porque los años pasan y hay más poso», admite el escritor bilbaíno, en mitad de una ronda interminable de entrevistas, cómodamente sentado en un sofá de la cafetería del Ercilla. Responsable de prensa de la UPV/EHU, nunca ha descuidado su faceta literaria.

Publicidad

Con un ejemplar de su libro sobre la mesa, no es fácil despegar los ojos de la portada de tonalidades incendiarias. ¿Es un amanecer? ¿O la caída del día? En primer plano se ve el último vagón de un tren destartalado y al fondo, la figura de un hombre que señala hacia un punto fuera de foco. ¿O quizás está saludando a alguien? «Queríamos transmitir la sensación de movimiento y cambio, pese a que no parece el mejor vehículo para ir a ningún sitio», reconoce Ugarte con una media sonrisa. En sus cuentos prima la incomunicación y el aturdimiento, con individuos que no dejan de pelear a su manera, aunque la vida no deje de propinarles mamporros y zancadillas.

Hay nostálgicos de las cuadrillas de la juventud, padres que vislumbran con terror al futuro infierno que les aguarda a sus hijos al casarse, oficinistas amargados que arden en deseos eróticos y no pasan de desahogarse en el baño y también una mujer prisionera en un ambiente familiar primario y pestilente. No obstante, se mantienen en pie como pueden y ese 'lugar mejor' es el norte de una brújula que nunca deja de funcionar. «Esa búsqueda es una constante. Hay una dialéctica entre el pesimismo y la liberación. Eso me gusta, pese a que lo terrible y la nada absoluta gozan de prestigio literario y la esperanza no tiene buena reputación. En este libro hay cierta rebeldía ante esa premisa». Se avanza sin luz al final del túnel.

Los finales de los cuentos de 'Un lugar mejor' son abiertos en su mayoría, « y no se trata de que haya muchas posibilidades, sino que hay un único final pero... ¡no lo sabemos!». La sensación es de vértigo, como si al subir una montaña y mirar hacia adelante no apareciera el horizonte sino algo distinto. «Es un efecto buscado, un desafío que me encanta. Hay que transmitir la sensación de que solo hay una conclusión, pero hemos decidido no desvelar cuál es». Esa incertidumbre estrecha todavía más la cercanía con los personajes, trágicos o patéticos, que nunca aparecen bajo una luz cruel. Sus vergüenzas no se disimulan, pero tampoco se juzgan.

Publicidad

'Estaciones' temáticas

«Hay cierta misericordia en segunda instancia, incluso ante los personajes muy poco o nada ejemplares». Nunca ha sido un autor con el colmillo retorcido, de ahí que prefiera la ironía al sarcasmo, «que hace daño y nada más, sin autocrítica ni capacidad de trascender». Su mirada, una vez más, es eminentemente masculina y en primera persona, con protagonistas que se llaman Jorge. No hay ninguna razón sentimental que justifique ese nombre.

«Que tenga dos sílabas y la acentuación en la primera ayuda, es mejor para la eufonía (sonoridad) de la frase. Funciona mejor Jorge que Alejandro». Cada detalle cuenta en doce cuentos con un planteamiento estructural muy cuidado. Se dividen en tres grupos que hacen parada en cuatro 'estaciones' o capítulos temáticos: la memoria, la soledad y la mentira son los peajes que hay que pagar antes de la despedida. Pero el viaje sigue más allá y los retos de Pedro Ugarte, también.

Publicidad

- Es la primera vez que recurre a una mujer como protagonista.

- Sí, pero solo en uno de los cuentos, con una chica que tiene un drama de vida. Uso la tercera persona para hacerlo más verosímil, porque siempre he pensado que para mí es imposible ponerme en la cabeza de una mujer. Ha sido todo un desafío. Me resulta muy difícil entender a las mujeres.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad