Ramiro Pinilla (1923-2014) era un hombre libre, ácrata, que solo se escandalizaba con las injusticias. Detestaba las vallas, empalizadas y puentes levadizos. No le gustaban nada las prohibiciones, por eso no le importaba que los niños jugaran alrededor de la higuera de las campas ... de Arrigunaga, vestigio del caserío Arrune, donde él pasaba los veranos y que ahora es parada obligatoria de las rutas literarias que habitualmente organiza Gustavo Iduriaga, exprofesor de Historia y devoto de la obra del novelista getxotarra.
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Más de dos horas y media dura el recorrido que pondrá broche final al primer Congreso Internacional sobre Pinilla, patrocinado por el Ayuntamiento de Getxo, que acogerá Muxikebarri los próximos días 23 y 24. La entrada es libre hasta completar un aforo de en torno a 215 butacas. Con motivo del décimo aniversario de su fallecimiento y los 20 años de la publicación del primer volumen de 'Verdes valles, colinas rojas', se ha organizado un evento que concilia el interés académico, la admiración y el afecto hacia un escritor que salió del olvido a los 81 años, tras pasarse cerca de dos décadas trabajando en un manuscrito de 3.000 páginas sin saber si se iba a publicar....
Era un hombre con voluntad de hierro que hacía lo que tenía que hacer, sin importarle lo que pensaran los demás. «Hemos organizado un encuentro de nivel con mesas literarias, charlas y debates con expertos de España, Francia, Portugal y Costa Rica, pero evidentemente no hemos olvidado el factor humano. Entre otras cosas, habrá una proyección de media hora, 'Capital Cultura: Ramiro Pinilla', en la que él mismo se dirige a la cámara y llena la pantalla. Tampoco faltarán textos de homenaje escritos por antiguos miembros del Taller de Escritura de Algorta, creado por el propio Ramiro Pinilla. Desconozco el contenido de esos textos y seguro que nos emocionan a todos», asegura Jimena Larroque Aranguren, profesora de Civilización Española Contemporánea en la Universidad de Orlean
Larroque Aranguren, que pasó asimismo por el taller literario de Pinilla, ha concebido este congreso como una muestra de agradecimiento. «He utilizado mis contactos y redes de hispanistas para diseñar un programa a su altura». Entre los muchos participantes, destacan el crítico literario Fernando Valls y el editor de Tusquets, Juan Cerezo, así como la aportación del técnico de archivo Asier Etxebarria, de la Diputación, donde se custodia el fondo documental del escritor getxotarra. «Hay mucho material manuscrito y obra inédita. ¡El campo de los investigadores es amplísimo!».
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Pinilla era un creador enorme en todos los sentidos, que adoraba a Faulkner y García Márquez. Una afinidad que se abordará en una mesa redonda, moderada por Andrea Martínez-Chauvin, que lleva por título 'Allende los mares' y habría encantado al autor de 'Las ciegas hormigas'. Era un hombre que siempre veía más allá del horizonte.
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