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La novela de Dolores Redondo reconstruye de manera muy verosímil el Bilbao de 1983 y transcurre en escenarios perfectamente localizables. Cafeterías, discotecas, lugares de encuentro, quioscos de prensa (varios personajes compran EL CORREO), calles, escaparates y rincones de la ciudad tienen un gran protagonismo, lo ... que permite diseñar una ruta literaria que siga paso a paso la peripecia del asesino y su perseguidor.
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Al tiempo, la novela también recrea ambientes, la moda, los conflictos y las costumbres de aquellos años que abrirían una etapa de renovación en Bilbao tras la catástrofe de las inundaciones. Para todo ello se sirve de canciones y de programas de radio populares en aquel momento. Por eso, las páginas de 'Esperando al diluvio' registran la presencia reiterada de Ramón García, entonces un joven locutor con un programa de éxito popular. Y en ellas aparece también Amaya Uranga, la cantante de Mocedades, que firma una buena parte de la banda sonora de esta novela cargada de evocación y recuerdos de un tiempo que ya es Historia.
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