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darío menor
Lunes, 18 de marzo 2019, 00:53
Antes de abandonar Florencia para mudarse a Milán en 1482, Leonardo Da Vinci escribió una singular carta para ponerse al servicio de Ludovico Sforza, conocido como 'el Moro', el hombre más poderoso en aquel momento de la pujante capital lombarda. En esta misiva con la ... que invitaba a contratarle, el genio del Renacimiento hizo una lista de diez puntos con todas sus habilidades.
Dedicó los nueve primeros a hablar de sus capacidades como ingeniero militar, capaz de reforzar muros y defensas, fabricar armas nunca antes vistas para aniquilar al enemigo o levantar puentes que podían construirse en tiempos muy breves. Sólo dedicó un apartado, el último, a detallar sus dotes como artista, que contempló sólo para los 'tiempos de paz'. El orden con el que Leonardo compuso su peculiar currículum da una idea de cuáles eran las prioridades de los gobernantes de la época, no tan lejanas de las de los actuales.
La carta que el maestro del Renacimiento envió a Ludovico 'el Moro' está conservada en el 'Códice Atlántico', el precioso volumen custodiado en la Veneranda Biblioteca Ambrosiana de Milán, donde se recogen la mayoría de los textos y croquis de las creaciones de Leonardo. Diez de esos dibujos originales, que raramente son mostrados al público, constituyen la parte más valiosa de la exposición inaugurada esta semana en Roma bajo el lema 'Leonardo da Vinci: la ciencia antes de la ciencia'. La muestra, enmarcada en las celebraciones conmemorativas por los 500 años de la muerte del artista florentino, puede visitarse hasta el 30 de junio y está instalada en uno de los espacios culturales más prestigiosos de la capital italiana, las Scuderie del Quirinale.
En la decena de dibujos expuestos se ilustra cómo construir morteros, grúas, esclusas y carros autómatas, entre otros ingenios, además de un ala para intentar que el hombre vuele, una de las grandes obsesiones del genio renacentista. Otro folio, datado en su época de madurez, brinda un genial estudio de la perspectiva por medio de la representación de una rueda dentada. Entre las 200 obras que ofrece la exposición, destacan los modelos de máquinas construidas siguiendo los planos de Leonardo, así como las creaciones de otros maestros de su época en las que queda patente la gran inquietud del momento por la innovación tecnológica y científica. «Esta gran muestra pretende dar a conocer los estudios e interpretaciones más recientes de la obra del Leonardo ingeniero y humanista, evidenciando las relaciones con el pensamiento de sus contemporáneos», explica Claudio Giorgione, uno de los organizadores y responsable del Museo Nacional de Ciencia y Tecnología 'Leonardo da Vinci' de Milán, que ha colaborado con la muestra junto con la Veneranda Biblioteca Ambrosiana.
Con la exposición de las Scuderie del Quirinale, el visitante descubre cómo el maestro toscano aplicaba su genio tanto a asuntos prácticos como a objetivos aparentemente inalcanzables. De los segundos surgen sus diversas máquinas para volar, mientras que el mejor testigo de los primeros es el artefacto para hilar que pergeñó. Aplicó su conocimiento de los engranajes de la maquinaria que llevaba años estudiando para crear un novedoso sistema que permitía aumentar la producción y reducir el esfuerzo físico de los trabajadores. El boceto en el que explica cómo construir la máquina tiene un grandísimo nivel de detalle, como ocurre en muchos de sus dibujos, concebidos con una función didáctica y analítica. Su máquina contribuyó a impulsar el ya floreciente mercado textil milanés, embrión de lo que acabaría convirtiéndose en una de las mecas de la moda internacional.
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