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Elisa Delibes recibe el diploma de su padre de manos del vicedecano Pedro M. Gómez Rodríguez. Jordi Alemany

El joven e inagotable Delibes que estudió en Bilbao

Su hija Elisa recoge el título de Intendente Mercantil que el escritor obtuvo en la escuela de Elcano en 1942

Teresa Abajo

Bilbao

Miércoles, 11 de marzo 2020, 15:44

'Causas de disolución de las compañías anónimas' fue una de las primeras obras de Miguel Delibes. Tres años antes de escribir 'La sombra del ciprés es alargada', presentó esta tesis, con ayuda de su tío Luis, para obtener la cátedra de Derecho Mercantil en ... Valladolid. Ya publicaba artículos y caricaturas en 'El Norte de Castilla', pero en los estudios de Comercio y Derecho buscaba seguridad económica para labrarse un futuro junto a su novia, Ángeles. Ese camino le llevó a Bilbao, donde sacó el título de Intendente Mercantil en la Escuela de Altos Estudios Mercantiles de Elcano.

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El diploma que así lo acredita, obtenido en 1942, apareció hace unos meses en los archivos de la escuela de Elcano, hoy integrada en la Facultad de Economía y Empresa de la UPV, y fue toda una sorpresa. Lo encontraron en perfecto estado de conservación el profesor Alfredo Buruaga y María Antonia Magariño, de Administración y Servicios, mientras buscaban información para un libro sobre antiguos alumnos del centro, que en 2018 celebró su bicentenario. Esta mañana se lo han entregado a Elisa Delibes, hija del escritor y presidenta de la fundación que lleva su nombre, en un acto de homenaje que coincide con el centenario de su nacimiento y el décimo aniversario de su muerte.

«Mi padre nunca fue un alumno convencional», ha recordado Elisa con emoción. Tenía 16 años cuando estalló la Guerra Civil y su generación «fue quizá la más castigada» porque le robaron la adolescencia. Su abuelo Adolfo, que era director de la Escuela Profesional de Comercio de Valladolid, matriculó a sus hijos en el centro. «Se examinaban por libre y fueron sacando el título». Miguel se enroló en la Marina como voluntario junto a sus amigos, pasó un año en el crucero 'Canarias' y al terminar la guerra retomó sus estudios, «se examinaba sin tregua para recuperar el tiempo perdido». Su hija cree que Fito pensaba en gente como él cuando escribió la letra de 'Soldadito marinero'. «El también quiso ser niño, pero le pilló la guerra».

Debe y haber

Pidió un 'préstamo sobre el honor' de 300 pesetas, que debía reintegrar en dos o tres años tras su primer sueldo, a la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Salamanca. Con ese dinero compró libros y viajó a Bilbao para obtener el título de Intendente Mercantil, una categoría académica similar a la de doctor. También le llegó para hacer en Madrid los cursos para el Doctorado de Derecho, y en poco más de dos años terminó ambas carreras. Tenía una energía inagotable e iba a por todas. En la capital vizcaína se alojaba en una pensión de la calle Amistad. Sus estancias eran «cortas e intensas», apenas iba a clase porque ya trabajaba en 'El Norte de Castilla', pero se examinaba. Aunque no llegó a recoger el título, quizá «por falta de tiempo y de dinero», la formación adquirida le sirvió para trabajar en el Banco Español de Crédito, por 180 pesetas al mes, y para obtener la cátedra de Comercio en Valladolid.

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Durante cinco años fue profesor de esta materia y después, hasta su jubilación, impartió Historia del Comercio en su ciudad. «Por la mañana daba clase, por la tarde iba a 'El Norte de Castilla' y escribía cuando podía», ha explicado su hija tras recoger el diploma en un acto solemne y emotivo. El nombre de Miguel Delibes Setién se recordará siempre con orgullo en esta facultad. El decano, Jon Barrutia, ha mencionado a otros dos escritores, Gabriel Aresti y Bernardo Atxaga, que han aprendido en estas mismas aulas la «ciencia triste» de la Economía.

Delibes «se sentía muy satisfecho del esfuerzo» de aquellos años formación intensivo. Tiempo después, «venía mucho a Bilbao. Daba conferencias, casi siempre organizadas por el grupo Correo, y le llevaban a comer a los mejores sitios». Padre de siete hijos, «también quiso que todos tuviéramos la carrera de Comercio y llegó a matricularnos, pero eran otros tiempos y cada uno eligió la suya». Su nieto Manuel siguió este camino y le preguntaba: «¿entiendes lo que es el debe y el haber?», porque a él la contabilidad se le atragantaba. Cuando le decía que estudiaba ADE (Administración y Dirección de Empresas), siempre respondía: «Será Empresa; lo de director ya se verá».

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