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Con su carrera y persona revisada en documentales y rentabilizada en musicales, Tina Turner puso algo parecido a la vitola a su carrera al recibir en 2018 un Grammy honorífico a toda su vida artística. Un reconocimiento industrial que llevó de nuevo a cuestionarse cómo ... el paso del tiempo afecta al empeño creativo de los grandes artistas que alcanzaron la cima pero que no terminaron por encontrar la forma de perpetuarse.

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Tina acabó por certificar con el nuevo milenio una retirada que en lo creativo ya se había producido hace años. La sombra de Ike Turner aún planeó sobre sus primerizos trabajos de emancipación como 'Tina turns the country on' (74) 'Acid Queen' (75). Ulteriores trabajos ya liberada como 'Rough' (78) y 'Love Explosion' (79) pecaron de una indefinición y resultaron fiascos comerciales.

Tina acertó a reinventarse en los 80 y los 90. Su exitosa versión del 'Let's stay together' de Al Green y posterior álbum 'Private Dancer' anunciaron una saga de superventas que propiciaron incursiones en el cine. De 'Mad Max' a la personificación de Angela Basset en un apreciable biopic 'What's Love...' o la banda sonora de la jamesbondiana 'Goldeneye'.

En pleno apogeo mediático y comercial discos como 'Break the rule' (86), 'Foreign Affair (89) y 'Wildest Dreams (96) propiciaban millonarias giras globales que alcanzaron su cenit cuando el tour de su 50º aniversario facturó más de 120 millones de dólares, suficiente como para anunciar con el nuevo milenio una retirada que para los seguidores de su tortuoso pasado con Ike Turner y su emancipación soulera de los 60 ya se había producido con su exilio a Suiza.

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Con la edición en 2020 del libro de autoayuda 'Cómo cambiar tu vida para bien' ('Happiness Becomes You: A Guide to Changing Your Life for Good') Tina abundó en su retrato de exvíctima de un marido maltratador. Un perfil que ya había exteriorizado en la simplista biografía de Kurt Loader 'La historia de mi vida' que en su cúspide comercial exteriorizó la liberación de su dominante consorte para convertirse en superestrella y reina de un rock muy sui géneris, nunca mejor dicho.

Su guía para mujeres sojuzgadas precedió a una simbólica introducción como solista al salón de la Fama de Rock y la venta un año después de todo su catalogo a BMG por más de 50 millones de dólares. Perpetuadas por algoritmos y plataformas digitales, Tina entra a un olimpo de rock en el que muchos ya la colocaron nada más verla agitar su melena de laca y sus brillantes piernas de ébano, con un frenesí animal escénico que heredaría una Beyoncé con la que llegó a actuar en 2008 en los Grammys.

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