Igor Yebra regresa a Bilbao al frente del Ballet Nacional de Uruguay

Es un programa, ha explicado Yebra en la presentación del espectáculo, pensado para acercar al gran público, incluidos los niños, «sin defraudar a los amantes del género». El profesional se ha mostrado «encantado» de «volver a casa» en su nueva faceta de director de un ballet que, en estos momentos, «yo pienso, y no es una bilbainada, que es el más importante que existe en Latinoamérica».

El objetivo de la actuación de esta agrupación escénica en Bilbao se ha debido a su interés en que el Ballet Nacional Sodre «se conozca en Europa y para que los políticos y los países se den cuenta también de que una compañía de ballet como es esta puede tener un éxito social increíble», ha explicado.

En este sentido, ha señalado que los cuatro espectáculos que han puesto en escena en Uruguay este año han sido un éxito «con entradas agotadas en todas las funciones que hemos ofrecido». También se ha mostrado «encantado de trabajar en un país como Uruguay que ha sabido mantener la inversión en Cultura en tiempos difíciles y que valora lo que hacemos en esa compañía».

Yebra ha apuntado que su intención al frente del Ballet Sodre es, precisamente, dotarle de «su propia identidad» porque «hoy en día una compañía de ballet clásico no puede competir con las compañías rusas que giran a bajo costo». Ha indicado, al respecto, que «si vives en un país donde hay una identidad tan clara como la que aporta la música y la danza que tiene el tango, por qué no usar esto, aunque sea a través de los cánones del ballet clásico?»

El artista bilbaíno ha relatado que el espectáculo que pondrá en escena en el Palacio Euskalduna de Bilbao se inicia con la pieza de danza clásica 'Theme and Variations', del gran coreógrafo ruso George Balanchine, basada en el movimiento final de la suit número 3 de Tchaikovsky, de una gran dureza y exigencia técnica para el bailarín. Proseguirá la obra de danza contemporánea titulada 'Chacona' del joven coreógrafo español Goyo Montero, en la que el juego entre las luces y la coreografía tiene gran relevancia y en la que el autor «pide al bailarín que haga cosas con su cuerpo que para un bailarín de danza clásica a veces parecen imposibles».

El espectáculo concluye con la pieza titulada 'Encuentros', una coreografía que bebe de las raíces musicales latinoaméricanas y uruguayas y, más en concreto, del tango, «aunque llevado al tiempo actual».