Getaria ya siente a Balenciaga como «algo propio»

«Hemos validado que el modelo de museo de autor funciona, aunque sea en un pequeño municipio como Getaria, con apenas 3.000 habitantes. Se puede resultar atractivo sin estar en una gran ciudad. Los contenidos y la labor de investigación han hecho que vengan público y estudiosos de todo el mundo. Balenciaga es vigente por sí mismo, pero nosotros contribuimos a que se siga investigando», dice Miren Vives, directora del centro desde hace siete años.

Desde junio de 2011, la colección del museo casi se ha duplicado. Hoy comprende 5.559 referencias, frente a las 2.950 con las que se inauguró. Además, no solo ha crecido, sino que se ha diversificado, incluyendo, junto a la parte textil, documentos, fotografías y otros objetos. También ha evolucionado la filosofía a la hora de hacerse con piezas. Al principio, prácticamente todas procedían de donaciones. Sin embargo, una vez que el museo contó con un corpus importante, se instauró una política de búsqueda de piezas concretas para rellenar huecos, principalmente de los años 40 y de diseños especialmente técnicos. Además, según Vives, en la sociedad guipuzcoana «antes se vinculaba a Balenciaga con los años 50 y con París, y ahora lo sentimos como algo propio», lo que a su juicio es un logro de la entidad.

«Estos diez años han servido para afianzar el proyecto del museo basado en la conservación, investigación y difusión del legado de Balenciaga. Hay que ahondar en la relación del museo con el territorio, y trabajar para que el genio de Getaria sea más conocido entre nosotros», animó el diputado de Cultura de Gipuzkoa, Harkaitz Millán. Según la directora del centro, «ya ha pasado la etapa de conocer a Balenciaga. Es superconocido. Ahora lo que tenemos que hacer es ponerlo en el contexto de su época y relacionarlo con otros creadores».

«Balenciaga nos legó una cultura de creación y producción industrial que perdura», destacó el lehendakari, Iñigo Urkullu, quien alabó la capacidad del museo de Getaria para adaptarse a tiempos de pandemia. «Ustedes son herederos de Balenciaga, que también creó más colecciones en tiempos difíciles, amplió el negocio y abrió nuevas sedes». El ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, definió el museo guipuzcoano como «un templo de la elegancia» y resaltó que «sus hechuras han trascendido la exclusividad de la alta costura para instalarse en el espíritu universal y democratizador que proyecta todo centro museístico».

El centro presentó ayer la exposición digital '2011-2021 Compartiendo un legado', incluida en su web y que sintetiza la historia del centro. Está formada por una decena de piezas representativas de la colección, asociadas a otros tantos hitos de la historia de la institución en los cuales se reflejan diez valores de Cristóbal Balenciaga que inspiran la misión de la entidad: el liderazgo, la confianza, la fidelidad, la creatividad, la diversidad, la tradición, la innovación, la sostenibilidad, el rigor y la referencialidad.

El apartado dedicado a la confianza, por ejemplo, está representado por un vestido de noche en cloqué frambuesa y recoge uno de los momentos más importantes en la historia del museo de Getaria, la donación de 660 piezas por la norteamericana Rachel L. Mellon (1920-2014), amiga personal del modisto, que adaptaba a su personalidad los diseños, incluidos lo que vestía para arreglar el jardín.