Gestión heroica

No se puede sino calificar de heroica la gestión desarrollada en tan difícil ejercicio por muchos museos, afectados por el cierre y las restricciones a la movilidad, obligados a reajustar sus gastos para compensar la enorme caída de ingresos, forzados a cambiar y adaptar sus ... programaciones y horarios, limitados en el mantenimiento de sus patrocinadores y hasta presionados para impulsar con la mayor eficiencia una comercialización o una difusión digital que de momento no es fácil monetizar. Es el caso del Museo Guggenheim, cuya caída de visitantes cercana al 70% es similar a la registrada por la primera pinacoteca nacional, el Museo del Prado. Añádase a lo anterior la pervivencia de una incertidumbre que perturba la planificación para los próximos dos años y el escaso liderazgo político de los responsables de la cultura pública ante semejantes circunstancias, todo lo cual convierte en notables la capacidad de resistencia del Museo Guggenheim y sus cifras del año 2020, especialmente en lo que se refiere a las respuesta de los visitantes locales, al aprovechamiento turístico en los meses de verano, al crecimiento logrado en su difusión digital y al mantenimiento esforzado de una tasa de autofinanciación que no ha bajado del 50%. De esto último deberían tomar nota urgente el Gobierno vasco y las diputaciones, ya que nada sería más letal para la participación privada en la financiación de la cultura que la coincidencia en el tiempo de una congelación presupuestaria, una inminente caída del beneficio empresarial y la lentitud y la miopía pública en la tramitación de un nuevo marco regulador y fiscal del mecenazgo.