Gabriel Aresti y otras voces en la noche de Bilbao

Le enviaron a Basilea su poesía completa en dos tomos y tras varias lecturas ha hecho una selección «muy intuitiva». Una veintena de poemas que han ido entrando y saliendo del guion, «lo cambié en casa y otra vez al llegar aquí», cuenta en un descanso de los ensayos. «Me he dejado llevar de forma un poco irracional, no quería dar una lección sobre Aresti ni tampoco hacer algo muy denso». Si algo ha aprendido del contacto con el público es que «en poesía no hace falta entenderlo todo, y en teatro tampoco. Lo descubrí hace muchos años cuando hice a Calderón, 'La vida es sueño'. La gente va a dejarse seducir por las palabras».

El espectáculo, de 50 minutos de duración, hace un recorrido por la «geografía emocional» de Aresti, el Bilbao «sin estereotipos» donde creció, vivió y murió con solo 41 años. Junto al poema que da título al recital, el que más se ha grabado en la memoria colectiva, recordarán entre otros su 'Réquiem' a dos voces y la manera en que «le obsesionaba su muerte, adónde iba a ir a parar. La suya era una poesía social, pero también muy emocional y musical».

El euskera y el castellano se combinan con naturalidad y Bieito ha dejado a los actores que elijan en qué idioma prefieren decir los versos, siempre con subtítulos también en inglés. El resultado «puede dar pie a hacer algo más adelante. Quizá sea un preámbulo para dar a conocer bien su poesía, una personalidad compleja que refleja mucho la ciudad y el país». Algo que también ha pensado sobre otros espectáculos concebidos para esta programación extraordinaria en tiempos de pandemia. Por ejemplo, el concierto de Vivaldi que se ofreció ayer, con dirección escénica de Bieito, puede tener más desarrollo y recorrido,

El recital de Gabriel Aresti «podría titularse 'Voces en la noche de Bilbao'», un paisaje que él conoce bien. «Me gusta salir a pasear a las doce o la una con las calles muy vacías, ahora más todavía, y veo un altavoz en cada casa, una voz en cada luz de cada edificio. También me gusta mucho el sonido cuando pasan la manguera». Algo de eso ha incorporado a este espectáculo, donde los actores estarán acompañados por «una instalación de voces». Esta mañana va a colocar un centenar de altavoces por todo el escenario. Será un fondo sonoro, «como un muro con las voces de las personas en la noche», en el que se podrá escuchar al propio Aresti. Bernardo Atxaga, que le confió a él su primer trabajo en busca de consejo y suele decir que su figura se engrandece con el tiempo, ha facilitado algunas grabaciones.

«Los teatros necesitan referencias literarias», defiende Bieito, que cree que, contra lo que pudiera parecer, «estos son tiempos de poesía. Las medidas sociales y sanitarias que las tomen las personas responsables. Nosotros podemos hacer poesía, imaginación, creatividad. Los artistas necesitan expresarse y sentirse libres, ya que en la calle vamos con mascarilla y vivimos un momento extraño».