Una fractura en un pie impidió actuar ayer a la estrella de 'El holandés errante'

En la última representación del tercer título de la temporada, el 'cover' (sustituto) se vio obligado a ocupar el lugar de una figura de talla internacional. Todo un reto para Roman Ialcic (Moldavia, 1978), un profesional no especializado en el repertorio wagneriano que ensayó un par de días con la Orquesta Sinfónica de Bilbao y el maestro Pedro Halffter, antes de que llegara Bryn Terfel a Bilbao. En principio, el bajo-barítono moldavo dejó buena impresión entre los músicos. Es un hombre colosal, que ronda los dos metros, aunque vocalmente esté por debajo del bajo-barítono galés. Pero ayer no había alternativa. El show tiene que continuar.

En los 68 años de historia de la ABAO, nunca se ha suspendido una función. En ocasiones a costa de las expectativas del público, como sucedió anoche cuando se comunicó el cambio de última hora en el reparto. Muchos extranjeros habían venido expresamente para disfrutar del arte de Bryn Terfel en el Euskalduna. Lo inesperado del reemplazo les dejó sin palabras.

Nada que ver con la sustitución, también en este mismo montaje, de la soprano sueca Iréne Theorin por su colega alemana Manuela Uhl. El fichaje de la segunda se anunció hace meses en la web de la ABAO. Un mal trago que se había podido asumir con tiempo y resignación. La ausencia de Theorin (que estas semanas triunfa en Valencia como protagonista de 'Elektra') se ha justificado porque la diva nórdica ha suprimido el rol de Senta de su repertorio.

En las tres primeras funciones de 'El holandés errante', el esfuerzo y entusiasmo de Manuela Uhl han logrado convencer al respetable. Ha salvado con mucha dignidad la papeleta. Anoche hizo lo propio el bajo moldavo Roman Ialcic. Entre los presentes que aplaudieron, reconociendo el mérito de sacar adelante el montaje en circunstancias tan accidentadas, se pudo ver a Erik Nielsen, titular de la Orquesta Sinfónica de Bilbao.