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Seis equipos con arquitectos de prestigio mundial competirán por firmar el proyecto de ampliación del Museo de Bellas Artes con el que el director de la pinacoteca bilbaína, Miguel Zugaza, quiere que esta gane espacio, deje de «mirar al viejo Ensanche» y se vuelva « ... hacia la nueva ciudad que ha crecido en su fachada, hacia Abandoibarra». El jurado del concurso, presidido por Zugaza, eligió este lunes como finalistas a dos estudios nacionales y cuatro extranjeros, entre los que hay tres galardonados con el premio Pritzker, considerado el Nobel de la arquitectura:el del español Rafael Moneo –candidato en solitario–, el del británico Norman Foster –que va en equipo con el alavés Luis María Uriarte– y el de los japoneses Kazuyo Sijma y Ryue Nishizawa (SANAA), en sociedad con el estudio bilbaíno de Iñaki Aurrekoetxea. Completan el sexteto el estudio madrileño Nieto Sobejano, la firma noruega Snohetta –asociada con el estudio local Foraster– y la danesa BIG, en compañía de los vizcaínos de AZAB y los madrileños Proskene.
«La selección ha sido un trabajo laborioso. Han quedado fuera estudios importantes», aseguró a este periódico José María de Vega, subdirector de Servicios Generales del museo. Los seis elegidos han salido de entre un total de 57 aspirantes en un concurso de méritos que ha tenido en cuenta la experiencia en la construcción y rehabilitación de museos, en la intervención en otro tipo de edificios históricos, en la construcción de edificios públicos y en la realización de proyectos de ordenación urbanística, así como los premios y distinciones nacionales e internacionales.
Primera fase. En la preselección se han admitido 57 equipos.
El jurado. Formado por el director del museo, Miguel Zugaza; la decana del Colegio de Arquitectos, Matxalen Acasuso; la jefa del servicio foral de Patrimonio, Zuriñe Antoñana; el arquitecto Luis Antonio Fernández Galiano; la ingeniera Miren Lorea Bilbao, gerente de la UPV; Gorka Martínez, director general de la BBK; el viceconsejero de Cultura, Joxean Muñoz; el director de Planificación Urbana del Ayuntamiento, Mikel Ocio, y la arquitecta Patricia Urquiola. Ha acutado como secretaria del jurado Leire Jauregibeitia, gerente del museo.
El plazo. A finales de julio se elegirá la propuesta ganadora.
Dos de los finalistas son estudios nacionales –Nieto Sobejano Arquitectos y Rafael Moneo– y en las otras cuatro candidaturas hay participación vasca (la alavesa L.M. Uriarte y las vizcaínas Foraster, I. Aurrekoetxea yAZAB). «Todos los grandes arquitectos extranjeros vienen de la mano de profesionales de aquí», destaca De Vega. Se zanja así una polémica que estalló poco después de hacerse públicas las bases de la preselección, cuando algunos estudios locales se quejaron de que los baremos establecidos limitaban en la práctica la posibilidad de competir a los 'arquitectos estrella'. Crítica que no compartía en febrero Matxalen Acasuso, miembro del jurado y decana del ColegioOficial de Arquitectos Vasco-Navarro, para quien la complejidad de la intervención –con dos edificios a respetar y actuaciones sobre y bajo rasante– exigía la participación de «profesionales con experiencia en estos campos». Entonces, Acasuso vaticinó la participación de los profesionales locales dentro de alianzas, como al final ha sucedido en cuatro finalistas.
Los seis equipos dispondrán ahora de tres meses, «desde que reciban la carta de invitación formal, para redactar y presentar –de forma anónima y bajo lema– un estudio previo del proyecto». Los arquitectos visitarán el Bellas Artes en las próximas semanas –«cuanto antes mejor, porque no les va a sobrar tiempo»– para hacerse una idea de los pormenores de la actuación. Con esta nueva intervención, que se suma a las de 1970 y 2001, la pinacoteca del parque busca ganar 7.390 metros cuadrados, 2.250 en la superficie ya construida y al menos 5.140 de nueva construcción.
Además del posible crecimiento en altura en tres zonas –la entrada actual del parque, la plaza del monumento a Arriaga y el solar ocupado por el bosque de farolas de Juan Luis Moraza–, cabe la posibilidad de que el museo se adentre en el subsuelo frente a la fachada de la entrada antigua, donde podría ubicarse la nueva. Todo dependerá del proyecto ganador, que se dará a conocer a finales de julio, dispondrá de un presupuesto de 18,6 millones y cuyos autores cobrarán unos honorarios de 1.575.000 euros. Las obras deberán empezar a mediados del año próximo y estar acabadas a finales de 2022 o principios de 2023. Según las exigencias del proyecto, el museo podría estar cerrado durante los trabajos. En este caso, la institución se ha comprometido a buscar distintos espacios alternativos para exposiciones.
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