![La familia de Íñigo abre un litigio para que se reconozca su muerte por el amianto de TVE](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202101/20/media/cortadas/inigo20-k3EH-U130268498485NOH-1248x770@El%20Correo.jpg)
![La familia de Íñigo abre un litigio para que se reconozca su muerte por el amianto de TVE](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202101/20/media/cortadas/inigo20-k3EH-U130268498485NOH-1248x770@El%20Correo.jpg)
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«Yo no conocí a José María Iñigo pero me consta que era un luchador. Él sabía que su cáncer de pleura era consecuencia directa del amianto que durante mucho tiempo se mantuvo en las paredes y el techo del plató del Estudio 1 (el ... más grande de RTVE, inaugurado en 1964), pero al final evidentemente él estaba centrado en la batalla contra la enfermedad. Ya tenía bastante. No llegó a emprender acciones legales contra la empresa. Ahora su viuda y los hijos no están haciendo más que cumplir con su voluntad. ¡Pelean por lo que es justo!», aclara la abogada Andrea Peiró, socia de un gabinete experto en casos de intoxicación por amianto, que defiende la causa de la familia. Mañana se dirimirá el asunto en los Juzgados de lo Social de Madrid.
El procedimiento se inició en 2019, al año siguiente del fallecimiento del periodista bilbaíno, cuando los herederos decidieron impugnar la pensión de la viuda. «Se le había reconocido ese derecho por dolencia común del marido y no por enfermedad profesional como le correspondía». El cambio de categoría supondría un incremento del 30% al 50%, a lo que habría que sumar una cantidad extra en concepto de indemnización. El gabinete de Peiró ha llegado a conseguir una reparación total de 700.000 euros para la familia de una víctima, y en ese caso 300.000 euros correspondían a la viuda. «Siempre se intenta llegar al máximo posible, cada supuesto es un mundo».
En el proceso iniciado por la familia del locutor vasco, la Seguridad Social y la mutua de RTVE cuentan con el asesoramiento de una inspectora de trabajo que niega de plano la consideración de enfermedad profesional, alegando que el contacto con el amianto en el emblemático estudio de Prado del Rey era muy esporádico. «También dice que tuvo mayor exposición cuando era niño, porque su padre trabajaba en una empresa de ruedas y quizás llevaba partículas de amianto a casa. ¡Absurdo! Si fuera así, habría enfermado antes de 2015. Sus efectos no demoran tantísimo en hacerse notar».
De un tiempo a esta parte, RTVE ya ha afrontado un par de casos similares al del presentador del mítico programa 'Ritmo 70' y en ambos -«se trataba de un técnico de efectos especiales y de un electricista»- ha tenido que claudicar y aceptar la relación entre el material tóxico de sus instalaciones del pasado y la enfermedad. Y es probable que deba lidiar con más indemnizaciones en el futuro, «porque es una dolencia que tarda en manifestarse». Tiene un periodo de latencia de entre 20 y 40 años. Por esa razón, los síntomas suelen aflorar cuando el afectado se acerca a la jubilación.
El mesotelioma maligno es un cáncer muy poco habitual que puede afectar a la pleura (membrana que tapiza la cavidad torácica y recubre los pulmones); al peritoneo (que reviste el abdomen); así como a la capa que recubre el corazón o los testículos. En la inmensa mayoría de los supuestos, se desencadena por la inhalación persistente de amianto. Algo de lo que no pudo librarse José María Íñigo entre 1975 y 1985.
«En esa década trabajó a destajo en el Estudio 1. Recordemos que eran los tiempos de 'Directísimo', 'Estudio abierto', 'Esta noche... fiesta' y 'Fantástico'. ¡El hombre no paraba! Tenía despacho allí y sus jornadas podían ser de 12 horas o más». Así se expuso directamente, una semana tras otra, al veneno del plató que, además de dar nombre a un prestigioso programa de teatro, presumía de «no tener rival en Europa». Las instalaciones del Estudio 1 abarcaban más de 1.000 metros cuadrados y, para garantizar la insonorización, tenían el techo y los muros recubiertos con un aglutinante y fibra de amianto azul.
Un material que, según testigos de la época, en los años 70 y 80 empezó a flotar en forma de polvillo grisáceo. Eran partículas de crocidolita, la variedad de amianto más dañina. La afección muchas veces pasa desapercibida hasta que es demasiado tarde. «Hay gente que piensa que arrastra un constipado y nada más. Se sienten cansados, con tos, dificultad para respirar, ronquera...». Al incombustible presentador, que había empezado a los 17 años en Radio Bilbao y hasta 2017 no soltó el micrófono, con su última edición de Eurovisión, le empezaron a fallar la voz y la energía. Le costó mucho asumirlo. Y quizás más todavía saber que las paredes del Estudio 1, donde tantas veces alcanzó la gloria como presentador (¿se puede superar su entrevista a Uri Geller, el doblador de cucharas?), fueron el detonante de su enfermedad. Veneraba ese espacio. Allí lo dio todo.
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