Fallece Bunny Wailer, leyenda del reggae

Con el cantante Junior Braithwaite y las coristas Beverley Kelso y Cherry Smith en sus inicios, los Original Wailers comenzaron a trascender a mediados de los sesenta bajo la tutela del productor Clement Coxsone Dodd y su sello Studio One, para el que grabaron su primer número 1 en clave de ska 'Simmer Down', que daría paso a una retahíla de éxitos locales junto a otros productores como Lee Perry o Leslie Kong.

Desde su inicios Bunny quiso ser más que un armoniscista y trató de asumir sin éxito la voz principal en el grupo cuando Marley emigró temporalmente en 1966 Estados Unidos. También compuso temas con poso espiritual como 'Pass it on', 'Sunday Morning', 'Who Feels It Knows It', 'I Stand Predominant' o el gospeliano y soulero 'This Train' , si bien siempre tuvo un rol más armónico que autoral en el grupo al que aportaría clásicos como 'Dreamland'.

Pese a negarse a girar por Estados Unidos, Bunny asistió en primera fila al éxito internacional de The Wailers con Island Records, pero, al igual que Peter Tosh, se desmarcó del grupo tras grabar los álbumes 'Catch a Fire' y 'Burning' por no comulgar con el rol secundario al que le condenaba el liderazgo estelar de Bob Marley.

Su carrera solista arrancó en 1976 con 'Blackheart Man', un clásico con aportaciones de músicos habituales de los Wailers que sustentó una carrera prolífica bajo la sombra de su grupo fundacional. Flirteando con la música disco o el dancehall, solo ocasionalmente mantuvo el nivel con discos como 'Protest' (77), 'In Fathers House', (79) 'Bunny Wailer Sings the Wailers' (80), 'Rock 'n' Groove' (1981), 'Tribute' (1981), 'Live!' (1983) o 'Rule Dance Hall' (87).

Con los Wailers y en solitario, Bunny fue siempre un tipo elusivo e inquietante. Tenía un carácter muy reservado marcado por su estricta fe rastafariana, su renuencia a viajar y girar fuera de Jamaica y su propensión al reciclaje continuo de su cancionero y del de los fundacionales Wailers, tanto por su cuenta como con colaboradores más o menos extemporáneos.

Cómodo en su perfil de mística leyenda vida del reggae, Bunny se entregó en su última etapa a enfatizar, con ayuda de sus hijos, su propia relevancia y su relativa aportación creativa a los Wailers fundacionales. Casi pareció reescribir su historia y la del propio Bob Marley llegando a exponer teorías, entre conspiranoicas y alucinadas, sobre episodios como el atentado que el Rey del Reggae sufrió en 1976.

La industria del pop se encargó de preservar su condición de mito otorgándole hasta tres Grammys por discos menores como sus sucesivas revisiones del llegado de los Wailers 'Time Will Tell: A Tribute to Bob Marley', 'Crucial! Roots Classics' y el triple 'Hall of Fame: A Tribute to Bob Marley's 50th Anniversary' . También fue galardonada su aportación al álbum coral del también recientemente fallecido Toots Hibbert 'True Love', en el que colaboró junto a Willie Nelson, Eric Clapton, Ben Harper, Bonnie Raitt, Manu Chao y Keith Richards.