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La original escenografía que rodea la exposición de Ignacio Goitia en la Sala Rekalde supuso para él un año de trabajo. «Fue muy compleja la elaboración de los papeles pintados», recuerda, pero la recreación de una atmósfera museística resultaba esencial para su propósito. «Quería que ... el espectador penetrara en mi universo personal, en otras formas de entender el mundo». Los huecos de un espacio neutro de exhibición se han convertido en lujosos salones, que remiten a las grandes instituciones culturales con su distintivo boato. El resultado ha concitado el interés de 20.000 visitantes y le ha proporcionado dos nuevos proyectos. La Biblioteca Nacional le ha encargado la puesta en escena para una exposición y el Instituto Cervantes de Roma, con la colaboración de la Diputación, llevará allí una adaptación de la muestra bilbaína.
La exposición, inaugurada el 25 de octubre, terminaba mañana, pero ha sido prorrogada una semana y sus obras y decorados podrán contemplarse hasta el 2 de febrero. A esa cuidada puesta en escena, vía Instagram accedió Ángel Martínez Roger, director de la División Cultural de la Biblioteca Nacional, y se puso en contacto con el pintor para ofrecerle el montaje de una exposición que la institución dedicará a los viajeros españoles del 'Grand Tour' el próximo mes de noviembre. «Ya nos hemos reunido y mi propuesta al respecto será la réplica de un foro romano flanqueado por ruinas de mansiones romanas», explica. El objetivo es que el futuro visitante pueda recuperar la experiencia de aquellos estudiantes que se maravillaban ante su contacto con la civilización clásica.
Las singulares composiciones de Goitia, donde confluyen referencias sutiles a la historia del arte, una mirada crítica al urbanismo y cuestiones contemporáneas tan cruciales como la diversidad sexual y social, también llegarán a Roma, el destino preferido de los turistas del siglo XVIII. La muestra se inaugurará el 11 de marzo y adaptará la retrospectiva bilbaína a las seis salas de la entidad en la plaza Navona, el corazón de la ciudad. «Aquí, el escaparate compite con un supermercado y allí, con la iglesia de Santa Inés, obra de Borromini, y la fuente de los Cuatro Ríos, creación de Bernini, pero creo que hay que asumir los retos y cuanto más grandes, mejor».
Los proyectos de Goitia también incluyen la próxima presentación de su primer libro en Madrid y la realización de una exposición en Nueva York con obras del autor bilbaíno repartidas entre Estados Unidos y México. Tras más de treinta años de labor creativa, su primera colaboración con las instituciones locales le ha reportado réditos insospechados. «Estoy muy agradecido a quienes confiaron en mí», confiesa. «La retrospectiva me ha abierto puertas para iniciativas que siempre he querido llevar a cabo».
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