Eusko Ikaskuntza diseña una hoja de ruta hacia la cohesión social y territorial

La tercera jornada del foro estuvo centrada en la territorialidad, después de haberse tratado en los días previos los ejes socio-económico y social de la mano de ponentes del «más alto nivel». En esta ocasión, los expertos Ion Muñoa y Joseba Bergaretxe abrieron las puertas del evento destacando «la importancia de promover el medio rural de Euskal Herria y el desarrollo de los pueblos pequeños». Según su análisis, para lograr ese objetivo «debemos impulsar infraestructuras y servicios básicos, y desarrollar comunidades cohesionadas».

Otro de los platos fuertes del último día del congreso fue la conferencia de la investigadora de la Universidad de Northwester Cristina Lafont, quien consideró en su charla 'Democracia sin atajos: cómo fortalecer la participación ciudadana contra el populismo y la tecnocracia' que «el modelo de democracia del siglo XX está en crisis y para superarla hay que proponer un modelo de democracia participativa por deliberación». «Integrar la voz de la ciudadanía en los procesos de decisión es la base y, a su vez, el reto de la cohesión territorial y la gobernanza democrática del siglo XXI», insistió.

La última jornada también dio cabida a tres mesas redondas en las que se trataron asuntos como los efectos de la globalización en la diáspora, los obstáculos a los que se enfrenta la ciudadanía de territorios fronterizos en sus relaciones y la gestión de conflictos de soberanía en Europa, entre otros.

Una vez concluidos los debates sobre el territorio, su equilibrio y sus conflictos, la presidenta de Eusko Ikaskuntza, Ana Urkiza, y su homólogo en el foro, Patxi Juaristi, presentaron «las palancas de cambio identificadas» para construir un futuro mejor. Según apuntaron, «debemos trabajar en el fortalecimiento y la transmisión de valores socio-comunitarios, el empoderamiento comunitario y la construcción de la comunidad, así como apostar por la participación y la democracia, la educación y la formación, la cooperación transfronteriza y las alianzas interterritoriales». También para «garantizar los derechos culturales de toda la ciudadanía, la economía sostenible y social, la tecnología e innovación, y la protección del medio ambiente», añadieron.

En esa línea, consideraron que «hemos marcado el camino y acordado los pasos a dar en el futuro, con un compromiso por la cohesión, el trabajo en común y la justicia». E insistieron en que «la implicación de todos los agentes sociales, económicos y políticos es absolutamente necesaria para conseguir el bienestar integral, los retos del futuro del trabajo, la transición hacia la economía verde y el vínculo intergeneracional en Euskal Herria».