«Espero que Estrella marque un antes y un después en mi carrera»

Hace tres años debutó en el Teatro Real como la sacrificada Liù de 'Turandot', pero este sábado se presentará como «una mujer que no renuncia a nada, ni a la pasión ni a su dignidad, hasta el extremo de que no duda en plantar cara al monarca». Su fidelidad a Pedro Carvajal se mantiene firme, pese a los requiebros y amenazas de Fernando IV que en última instancia no duda en ordenar la muerte del noble castellano. Una tragedia que se intuye desde el principio y ella teme más que nadie. Por eso vive en tensión y aguanta el tipo.

«Desde un punto de vista estrictamente vocal se nota esa presión. Es un rol con momentos de esplendor y partes complicadas. La voz sube y baja mucho», admite Urbieta-Vega. El personaje exige una soprano lírica en plena forma, que saque partido a todas sus posibilidades, y la intérprete vasca se encuentra en ese punto de madurez. «Tengo ganas de adentrarme en el repertorio verdiano. Ha llegado el momento». Zubiarre le servirá de trampolín y siempre le estará agradecida. Aunque, si fuera posible, también le gustaría preguntarle «un par de cosas», a la vista de una trama que deja algunos cabos sueltos....

- ¿Qué es lo que plantea más dudas?

- No sé muy bien lo que hace mi personaje al final.

- ¿No se supone que Estrella es testigo del colapso del rey?

- No queda claro. El que aparece es el fantasma de Pedro de Carvajal, mi enamorado (el tenor).

- ¿El fantasma da el agudo final?

- Sí.

- Daría mucho juego a un director de escena.

- ¡Ya lo creo!

- ¿Piensa que sería buena idea representar esta ópera, en lugar de limitarse a una versión de concierto?

- Por supuesto. Eso sí, habría que ambientarla en su época. No veo esta historia en el siglo XXI.