«Para escribir sobre la maternidad tengo que mandar a mis hijos a la guardería»
Katixa Agirre | Escritora ·
La autora alavesa reflexiona sobre la experiencia de ser madre y la creatividad en su libro 'Amek ez dute'Secciones
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Katixa Agirre | Escritora ·
La autora alavesa reflexiona sobre la experiencia de ser madre y la creatividad en su libro 'Amek ez dute'La escritora Katixa Agirre (Vitoria-Gasteiz, 1981) presenta hoy, en la Feria del Libro y Disco Vasco de Durango, 'Amek ez dute', una novela muy bien armada que reflexiona sobre la relación entre la maternidad y la creación. Con toques de suspense, el desencadenante de ... la historia, publicada por Elkar, es un infanticidio; sin embargo, Agirre combina la trama con páginas de corte ensayístico en las que refiere las maternidades de escritoras como Doris Lessing o Sylvia Plath. La autora reflexiona sobre la identidad a través de una ficción que se nutre también de su experiencia como madre y de alguna dosis de autoironía.
- ¿Cómo surge 'Amek ez dute'?
- Surge por acumulación de experiencias, de reflexiones a partir de mi propia maternidad y de cómo voy pensando en ese tema, que si bien es natural, la verdad es que yo no había pensado en él desde un punto de vista más intelectual que emocional. Me propongo investigarlo, entra entonces en juego la ficción, y se me ocurre el personaje de esta madre que asesina a sus hijos, que es algo que a veces ocurre, y que rompe muchos esquemas y es muy difícil de entender y muy chocante.
- ¿Es el infanticidio un tabú?
- Sí, porque no es algo que parezca que las madres puedan llegar a hacer; de hecho, es lo contrario de lo que se supone que tienen que hacer, ¿no? Las madres dan vida. En la dicotomía en la que se ha presentado a la mujer estaban la madre y la mujer fatal. La madre da vida y está asexualizada; la mujer fatal es la mujer sexualizada que no da vida.
- Ha tratado de derribar más de una idea preconcebida sobre la maternidad.
- Sí, la maternidad es algo muy natural porque todos tenemos madre y muchas somos madres, pero, al mismo tiempo, hay una inercia que no nos lleva a pensar en la parte cultural de la maternidad porque se asocia a esa idea de que es natural y parece que no fuera cultural o social, pero todo se puede pensar y repensar.
- La novela está narrada por una escritora que está inmersa en la crianza; por otro lado, tenemos a la presunta asesina. ¿Por qué la narradora no tiene nombre y sí lo tiene la asesina?
- De hecho, la asesina tiene dos nombres, lo que le da más misterio al personaje porque tiene muchas caras y nunca llegamos a ver la cara verdadera; en cambio, a la protagonista, a la narradora, sí que la llegamos a conocer bastante a fondo, pero, avanzada la novela, me di cuenta de que no tenía nombre y ahí me vi en la encrucijada de buscarle nombre o dejar que siguiera la inercia de no ponérselo porque igual era por algo, y creo que, más que para que cualquiera se pueda identificar con ella, no tiene nombre por el problema de identidad que ella acusa a la hora de convertirse en madre, de cómo encaja esa etiqueta que la aplasta y que anula el resto de identidades que haya podido ir acumulando a lo largo de su vida; de repente, a ella le parece que ya solo es madre.
- No es una novela de autoficción, pero sí parte de su propia experiencia. Le he escuchado decir que estaba preparada para la maternidad en muchos aspectos, pero no para ese borrado de identidad al que aludía.
- Sí, eso es algo que yo no había considerado que pudiera pasar, que de pronto te conviertes en madre a tus ojos y también a los ojos de los demás, y hay amigas que dejan de llamarte porque piensan que vas a estar muy ocupada… Yo también lo viví así, con el segundo hijo ya no me pasó, pero la primera vez parecía que todo había desaparecido y que ya mi vida iba a ser cambiar pañales y dar teta, dar teta y cambiar pañales, y fue un poco 'shock', medio dramático.
- La narradora se siente tan sola que llega a alegrarse de recibir una de esas cargantes llamadas comerciales.
- (Ríe) Me pasó a mí algo similar. Cuando estuve de baja por maternidad, me llamó la directora del departamento para explicarme que habían hecho una reforma, que me iban a dar un despacho nuevo, y que a ver si prefería un despacho compartido grande o uno pequeño individual. Yo me acuerdo de que intenté alargar aquella conversación por todos los medios. Era una manera de salir y decirme: '¡Oh, yo tenía un despacho, y voy a tener un despacho propio!' La verdad es que aquella conversación me dio vidilla.
- Crear y ser madre, parece un binomio confrontado, pero este libro sería la prueba de que se pueden hacer ambas cosas.
- Sí, de hecho, todo esto que he dicho de que la identidad se me aplastó es algo a lo que le di la vuelta; tanto es así que después de que naciera mi primera hija publiqué mi primera novela y después de que naciera mi hijo, la segunda. Así que aunque parezca, y en ocasiones lo sea, algo totalmente incompatible, al cabo de unos meses también le he visto, en el plano creativo, cosas positivas a la maternidad. Por ejemplo, te da un gran tema sobre el que escribir. Y más cosas, entre otras que aprecio más mi tiempo porque tengo poco y eso lo hace más valioso.
- ¿Y cómo es el día a día entre la crianza y la creación? ¿Hay que hacer muchos malabares?
- Pues se da la paradoja de que para escribir sobre la maternidad tengo que mandar a mis hijos a la guardería o al colegio, y aprovechar esos momentos en lo que me desprendo de mis hijos para escribir. De ahí la importancia de la habitación propia, algo tan necesario para escribir, pero que te aleja de los demás; aunque te hace ser egocéntrica, no hay otra manera de escribir un texto largo.
- Recrea las partes más desabridas de la maternidad con otros momentos muy emotivos, realmente bellos.
- Claro, es que es así; antes se decía que solo nos contaban lo bueno; sí, bueno, pero que ahora no nos cuenten solo lo malo, ¿no?
- Su protagonista afirma que si la maternidad y la crianza fueran tan agradables y tan revolucionarias los hombres ya se habrían hecho cargo de ella.
- Sí, todos esos discursos falsos que hay para entronizar la maternidad, que somos diosas que damos vida, que darse a otro es una actividad revolucionaria dentro del capitalismo… no sé, no me lo creo; si fuera un privilegio, habría estado en manos de otros.
Amatasuna eta sorkuntzaz badago biblia antzeko bat eta hori Maternidad y Creación da, saiakera eta narrazioak batzen ditu, oso anglosaxoia da, baina oso konpletoa ama sortzaileen gatazkak ulertzeko. Liburu horrek beste batera eraman ninduen, Adrienne Richen Of Woman Born. Feminismotik amatasunaz idatzi den lan serioenetako bat. Poetaren amatasuna, forcepsaren terrorezko istorioa, infantizidioari buruzko hausnarketa ausarta… izugarri gustatzen zait liburu hori.
Nobela bat ere gomendatuko nuke: No mamá no, Verity Bargate-ena. Ama galdu baten istorio gordina, Londreseko Soho auzoan, 70eko hamarkada.
Eta azkenik, aita batek idatzitako istorioa: nork eta Nathaniel Hawthornek, AEBtako literaturaren aitetako bat ere badena: Veinte día con Julian y el Conejito. XIX. mendeko aita idazle batek bere seme txikia zaintzen geratu behar duenean gertatzen dena. Kronika autobiografiko harrigarri bat.
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