Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Madrid
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Sábado, 16 de noviembre 2024, 00:25
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
«Sin agua cerca, Felipe II nunca habría construido aquí el monasterio», asevera José María García Pacheco, delegado de Patrimonio Nacional en el Real Sitio de El Escorial mientras, desde un mirador, señala los restos de un grueso muro de mampostería, vestigio de la primera presa que el poderoso rey español, hijo del emperador Carlos V, mandó construir en el siglo XVI para el suministro continuo de agua al monasterio, incluso en verano.
El monarca tardó tres años en buscar el emplazamiento idóneo para su gran obra personal, que finalmente erigió a los pies del monte Abantos (1.750 metros de altitud), en plena Sierra de Guadarrama, generosa en piedra, madera y agua de arroyos y manantialematerias primas que hicieron posible su edificación.
Consciente de la importancia del abastecimiento del agua para la construcción del monasterio (que se prolongó 21 años, desde 1563 a 1584) y para la propia vida en el recinto, el soberano quiso que El Escorial fuera autosuficiente por lo que encargó represar, canalizar y decantar las aguas del monte Abantos mediante un conjunto de construcciones que, casi 500 años después, aún conservan su arquitectura original.
Con motivo de los 40 años de la declaración del Monasterio de El Escorial -considerado la octava maravilla del mundo- como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, Patrimonio Nacional ha organizado este sábado un recorrido por los desconocidos 'paisajes del agua', precedido por una conferencia sobre las presas, fuentes y estanques del Real Sitio a cargo de la arquitecta Pilar Chías Navarro, experta en el sistema hidráulico del conjunto patrimonial escurialense.
La ruta del agua que durante cinco siglos dio de beber a Austrias y Borbones comienza en la primitiva Presa del Romeral, situada a 1.143 metros de altitud, unos 60 metros por encima del monasterio. Javier Sánchez, guarda mayor de El Escorial, llama la atención sobre la existencia de tres muros que han marcado las distintas épocas de la vetusta presa, el primitivo de mampostería del siglo XVI diseñado por Juan de Herrera, otro más grande de sillería del siglo XVIII, obra del también arquitecto Juan de Villanueva, y el actual, que data del siglo XX y que da forma al embalse actual.
«El objetivo era captar y almacenar el caudal de los arroyos y afluentes de toda la zona del monte Abantos y suministrar el agua para las obras de construcción del monasterio», explica Sánchez. Posteriormente también serviría para abastecer a los primeros moradores de convento, la comunidad de monjes jerónimos y la propia Familia Real, así como para el riego de jardines y huertas del enclave. En la actualidad, el agua se utiliza para abastecer la red contra incendios del propio monasterio.
El recorrido realiza una segunda parada en la llamada Arca del Romeral o del Cascajal, un aljibe de piedra del siglo XVI que en esta visita se abre por primera vez al público, y cuya función era la de «domesticar» el agua que bajaba con furia desde la presa. Se trata de un depósito abovedado construido en granito, que además de domar el agua «que descendía a gran velocidad por el desnivel« la filtraba mediante un sistema de decantación, de modo que el agua con la que remojaba el regio gaznate Felipe II mientras administraba medio mundo era de «gran calidad».
«Este arca amansaba el agua y la canalizaba hasta el Arca de los Repartimientos, que ya no existe, desde donde se distribuía por medio de caños a las distintas estancias del monasterio», cuenta Sánchez, que cifra en 77 las fuentes emplazadas en los distintos lugares del recinto.
«El agua tenía muchas utilidades, la primera la construcción del monasterio con sus mil obreros, la segunda el consumo humano, y la tercera el riego de los jardines», detalla García Pacheco, que equipara la gran mole de piedra «con un edificio adelantado a su tiempo, el Silicon Valley del siglo XVI». «Hoy abrimos el grifo y sale agua... pero en el siglo XVI eso no era tan sencillo. Y en el monasterio había agua potable para beber, pero también para las letrinas, para lavar el pescado en las cocinas e incluso para la cura de heridas en una pequeña enfermería que trataba a los convalecientes», señala el delegado de Patrimonio Nacional.
La visita oficial concluye en el estanque del monasterio, pegado al monumento y situado junto a la caudalosa fuente de Blasco Sancho, que le sigue aportando caudal, exactamente igual que cuando se construyó hace cinco siglos. La gran alberca, hoy destinada a regar los jardines del monasterio, estuvo poblada de numerosas especies de agua dulce, como carpas y tencas que el Rey Prudente ordenaba traer desde Flandes y Milán, y que sirvieron tanto para abastecer la mesa del convento como para que Felipe II se deleitara con el arte de la pesca mientras pensaba cómo invadir Inglaterra. Ahí sí que hizo aguas.
Justo por encima del estanque y pegado a los muros del monasterio discurre el llamado 'Paseo de África', llamado así porque por allí desfilaban elefantes, jirafas y otros ánimales exóticos que tanto Austrias como Borbones se hacían traer del continente para deleite de la corte.
La ruta tiene una última e inesperada parada en pleno centro de San Lorenzo de El Escorial, el pueblo fundado en tiempos de Carlos III, en el siglo XVIII, que fue creciendo al calor de la pujante actividad del monasterio. En la plaza de Jacinto Benavente se levanta hoy una fuente ornamental que ocupa el mismo emplazamiento del Arca de la Repartición, ya desaparecida, y desde donde distintas cañerías repartían agua a las diferentes dependencias del monasterio.
A su espalda queda un monolito conocido como 'El caño gordo', que recuerda que en ese lugar hubo una fuente que abastecía al pueblo y que se desmanteló en el siglo pasado. «Era donde los vecinos venían a por el agua y el agua que se ha consumido en San Lorenzo de El Escorial hasta los años 80», la misma que dio de beber a Austrias y Borbones mientras llevaban las riendas de medio orbe.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.