Escenarios por los que no pasa el tiempo

Con más de 40 años de trayectoria teatral, Lander Iglesias conoce bien «el ambiente cargado de emoción» que se respira en los festivales. Pasará casi todo julio en Almagro, donde tiene una doble cita: su compañía, Laurentzi Producciones, compitió ayer con 'El hermano de Sancho' en el certamen de teatro barroco infantil y él forma parte del reparto de 'La hija del aire', con la Compañía Nacional de Teatro Clásico y a las órdenes de Mario Gas. «Tú vas por Almagro, paseas por sus plazas y te encuentras con el Siglo de Oro», dice. «Cuando una ciudad así se abre al teatro uno se siente protegido, admirado. Hay unas endorfinas...».

Este año en Almagro se verán tres versiones de 'La hija del aire'. «Y en Alemania nos llevan ventaja, no te haces idea de los 'calderones' que se estrenan al año». En la que dirige Mario Gas, el poeta Benjamín Prado ha asumido el reto de «convertir los 9.000 versos en algo bastante contemporáneo, pero respetando la métrica. Nos han pedido que evitemos los ripios, que sea prosa con alma de verso. El triple salto mortal, eso a un actor le seduce».

Iglesias, que interpreta al gobernador Lísias, cree que «en el teatro clásico está prácticamente todo» y es un buen camino para enganchar a nuevos públicos. Incluso los que pensaban que era «un rollo» salen emocionados, como él ha podido comprobar. Cuando les dan invitaciones, siempre elige «a gente que no va al teatro» y así se ha ganado «a 30 o 40» escépticos. «Todo el mundo dice que ha leído 'El Quijote' pero nadie lo ha leído y los personajes son deliciosos. Divertidos, reflexivos, de una actualidad pasmosa». Él utiliza a Francisco Panza, hermano de Sancho, para acercarlos a un público familiar en una obra de largo recorrido en los festivales que «todavía no se ha visto en Bilbao».

«Una mujer fuerte que cree en sus ideales y está dispuesta a defenderlos ante todo y ante todos». Así es la 'Antígona' que interpretará Lucía Lacarra en Mérida, con coreografía de Víctor Ullate y Eduardo Lao. Será la primera vez que pisa el escenario del teatro romano, con sus míticas piedras y sus 3.000 localidades. «Ni siquiera he estado nunca allí», dice inmersa en los ensayos. El estreno del 19 de julio «será muy especial, algo memorable».

El montaje del ballet Víctor Ullate se inspira «en el conflicto de cada figura» y las «emociones universales» que transmite la tragedia de Sófocles. La historia de la joven que desafía al rey de Tebas para dar sepultura a su hermano se ha contado en el teatro desde hace 2.400 años, y también la representó el ballet Bolshoi. «Lo que caracteriza a la danza es que para nosotros las palabras son nuestros pasos, la coreografía se convierte en nuestro vocabulario para poder contar esa historia», explica Lacarra. La pelea ancestral entre la obediencia y la conciencia se expresa «a través de las emociones. Cada persona la puede interpretar a su manera, porque cada uno se identifica con ciertos movimientos o pasos». Para ella resulta «emocionante» ponerse en la piel de una mujer «que tiene las ideas tan claras y está dispuesta a perder su vida por defender aquello en lo que cree».

Montevideo lleva con orgullo el título de Ciudad Cervantina por la pasión coleccionista de Arturo Xalambrí (1888-1975), que reunió 3.000 libros del autor, casi un tercio ediciones de 'El Quijote'. Desde las más antiguas hasta «capítulos en euskera y suajili que se hacía traducir, ediciones limitadas de Disney, de Dalí...», enumera Igor Yebra, que dirige el Ballet Nacional Sodre desde principios de 2018. Uno de sus objetivos es potenciar «la identidad y los valores del país» y el «paralelismo» entre Xalambrí y el Quijote le resultó inspirador.

Pero no ha sido fácil crear el ballet «de la nada» en seis meses. «Una quijotada», resume. «Se cayó un ballet y en mitad de temporada hubo que hacer algo nuevo», con Blanca Li como coreógrafa y música de siete compositores «que se inspiraron en España». Ella solo pudo estar cuatro semanas en Montevideo, así que «utilizamos todas las tecnologías de comunicación. Cerramos los detalles con el figurinista por skype». Con 'El Quijote del Plata', el ballet regresa a Almagro «después de muchísimos años» y también lo representarán en Perelada, El Escorial, Sagunto y Santander. Yebra, que se define como «intérprete bailarín», por ese orden, disfrutará empapándose del ambiente teatral con los cinco sentidos. En el ballet de Uruguay sigue cultivando «un repertorio propio» y ya se ha hecho con los derechos de 'La tregua' para unirse a la conmemoración del centenario de Benedetti en 2020.

A los siete años se apuntó a clases de violín, canto y gimnasia rítmica, modalidad en la que fue campeona de España a los 17 «con el club Donosti». Patricia Arizmendi incorporó pronto la disciplina a su vida, algo útil para una actriz «porque esta profesión es bastante complicada y hay que tirar de uno mismo para adelante». 'La corte del faraón', que empezarán a ensayar dentro de unos días y se estrena en Mérida el 14 de agosto, le compensa por la decepción de hace unos años. Tuvo la oportunidad de hacer 'Sueño de una noche de verano' en Almagro, pero las fechas no eran compatibles con la serie 'Un paso adelante'.

El año pasado encarnó a la diosa Atenea en 'La bella Helena' en Medellín, otra de las sedes del festival emeritense, y ahora se entregará a «la magia» de la que tanto le han hablado. Como parte del coro de 'La corte del faraón', «hago de todo, bailar, cantar, actuar... liarla parda». La versión que presentan es rompedora «y tengo la oportunidad de meter mi parte cómica». Para ella los festivales son una manera de «celebrar el teatro» mientras sigue activa en todos los frentes, sin descuidar «el violín, el canto y la rítmica». A la actriz donostiarra se la puede encontrar también cantando jazz y swing, «la última vez en Bilbao».