En las entrañas del 'World Press Photo'

De forma deliberada, Gutiérrez prescinde de las fotografías ganadoras. Lo hace llevado por dos motivos. Uno, que son ya conocidas por el gran público y han sido comentadas muchas veces. El segundo tiene que ver con que esas otras imágenes que pueden pasar desapercibidas en un primer vistazo encierran 'historiones'. No están de sobra, sin embargo, algunas de sus opiniones sobre 'Kamloops Residential School', de la fotógrafa Amber Bracken, ganadora de este año, que «rompe con la estructura que han conservado las mejores fotos en setenta años al ofrecerle el protagonismo a objetos en vez de a personas». Una decisión «engañosa» ya que, en realidad, la instantánea supone un homenaje a las víctimas de Canadá que perecieron como parte de un programa de asimilación cultural de indígenas en su país. «Unas prácticas que consistían en internarlos en unos centros -como el que da título a esta foto- y maltratarlos», relata.

La crisis de Ucrania también encuentra su hueco en la exposición. Se trata de un trabajo documental realizado entre la revolución del Maidán de 2014 y la reciente invasión rusa. «Es muy importante porque muestra una evolución de los acontecimientos, necesaria para comprender todo lo que está sucediendo», expresa Gutiérrez. Asimismo, considera que «el fotógrafo acierta a la hora de cubrir los dos lados de la contienda y fotografiar en las repúblicas pro-rusas y en el lado del gobierno ucraniano».

Un grito agónico al estilo de Edvard Munch (y similar en sus tonalidades) encarnado por una anciana sirve para reconstruir el dolor de ver a su pueblo griego arder en llamas en la foto titulada 'Incendio forestal en la isla de Eubea'. «Para mí simboliza la desesperanza frente al calentamiento global», valora el fotoperiodista de EL CORREO. «Pero es mejor que cada uno interprete libremente lo que le sugieran las imágenes», agrega.

Como novedad este año, la muestra que acoge Montehermoso exhibe un gran panel en el que los visitantes pueden consultar las instantáneas ganadoras desde que el certamen empezó en Holanda en 1995 hasta la actualidad. «Para mí es otro acierto, porque permite hacer una especie de viaje visual desde la segunda mitad del siglo XX hasta ahora». En definitiva, «todo esto es un deleite para cualquier interesado en la fotografía», sintetiza Gutiérrez.